Seguramente que habrá muchas maneras de calificar un evento como el que Vox produjo estos días, pero de lo que no cabe duda es que se trata de un hecho inédito, al menos en el sentido de infrecuente y extraño. Desde luego, y por ahí hay que empezar, el motivo elegido para decidir una ruptura de los gobiernos autonómicos en que participaban con el PP es bastante incomprensible y de difícil explicación, creo yo.
Desconozco hasta qué punto ha sido analizada y valorada tal decisión, pero justificarla porque el PP haya aceptado participar, incluso limitadamente, en la distribución de personas menores de edad que han llegado a nuestras costas a bordo de embarcaciones en las que muy probablemente no subieron por su voluntad, es ciertamente sorprendente, y caben serias dudas de que el electorado de Vox, o al menos una parte significativa de él, lo haya entendido y aceptado. Más allá de cualquier otra consideración sobre la política migratoria del Gobierno de la Nación o de la Unión Europea, que sin duda merecen dura crítica, la acogida de un número determinado de esos menores tiene una dimensión humanitaria evidente y situarse frente a ello con tal desproporción dice mucho de la irresponsabilidad, y de la inmadurez, que hay detrás.
No es descartar que, sin perjuicio de las dificultades de adaptación a una situación que no parecía previsible, al PP le haya venido bien esta huida de Vox. Por un lado, le libera, sin que la decisión le sea directamente imputable, de lo que objetivamente era una complicación política para desarrollar una estrategia moderada, tan necesaria para ganar espacio por el centro; por otro lado, pone de manifiesto la escasa fiabilidad de un socio que funciona con tan escaso aprecio a la estabilidad.
Habrá que ver ahora cómo se recompone la gobernabilidad de las instituciones afectadas y cómo se posicionan quienes participan en ellas, sean grupos minoritarios que pueden adquirir más relevancia en esta situación, sea, sobre todo, el PSOE, al que no le será fácil sostener un discurso de "asunto ajeno" en este contexto. Y habrá que ver, con más tiempo, en los eventuales procesos electorales que puedan abrirse por este motivo, si hay efecto en el voto, sea en forma de voto útil o de movilidad política. En cualquier caso, el interés en comprobarlo está garantizado.