La actriz Marina Agapito es una de las protagonistas de Seis, el musical, que será presentado este domingo, a las 19 horas, en el teatro Jesús Meneses de Villamuriel de Cerrato por la compañía Musicales 3C (Tres Cantos) de Madrid. Protagonizará a la sexta esposa de Enrique VIII. 

¿Cómo llegó  a formar parte de este musical? 

Llevo toda la vida haciendo teatro, aunque hubo una temporada en la que me aparté un poco del mundo profesional. De hecho, en su momento me dediqué al teatro de manera profesional, pero luego lo dejé. Fue cuando conocí a Musicales 3C, vi la obra y me enamoré al instante. También me enamoré del personaje que interpreto, y decidí lanzarme de cabeza. Además, ya conocía a los miembros del equipo, y la verdad que fue una decisión con la que estoy muy contenta.

¿Cuál es la sinopsis de la obra?

La obra está basada en la figura del rey Enrique VIII de Inglaterra, un rey que es muy conocido por haberse casado seis veces. Aunque hizo muchas cosas importantes a nivel político, su legado está marcado sobre todo por estos matrimonios. Las seis mujeres con las que se casó no son conocidas por su identidad propia, sino por haber estado relacionadas con él. Lo que intentamos con esta obra es darles voz a esas mujeres, mostrar que eran mucho más que esposas del rey.

Ella interpreta a la sexta esposa, Catalina Parr, ¿cómo se preparó para interpretar este personaje?

Siempre me gusta investigar sobre los personajes que voy a interpretar, aunque en este caso no estamos narrando hechos históricos exactos. A pesar de eso, el personaje de Catalina Parr existió, tenía una personalidad y unas inquietudes propias. Me dediqué a ver series, leer libros y documentales sobre ella para poder construir mi personaje de manera más profunda. Además, hablé mucho con los directores para que mi interpretación estuviera en sintonía con la visión de la obra. Después, fue cuestión de aprender el guion, las coreografías y las canciones.

¿Qué es lo más difícil de representar a Catalina Parr?

La parte más difícil de mi personaje es que habla muy poco. Como es la última esposa de Enrique VIII, es la que menos se conoce, por lo que tiene menos voz en la obra. Esto es complicado porque, aunque no tenga mucho texto, tengo que estar constantemente activa en el escenario, escuchando y reaccionando a lo que hacen las otras reinas. Muchas veces me hacen un desprecio, ya que se da una especie de competición entre ellas, y mi personaje, aunque quiere intervenir, se queda callada. Es un reto estar en escena sin hacer nada de forma activa, pero a la vez saber que por dentro estoy trabajando constantemente.

¿Cómo es su evolución a lo largo de la actuación?

Mi personaje empieza un poco como una espectadora de las bromas entre las otras esposas, que son muy divertidas. Catalina Parr no es un personaje particularmente gracioso, pero sí tiene un toque un poco torpe en medio de las bromas. Al principio no la dejan intervenir, así que ella decide quedarse al margen, vigilando. Pero a medida que avanza la obra, la situación se desborda, se tocan temas más serios, y Catalina se da cuenta de la necesidad de cambiar esa competitividad entre las reinas. Al final, mi personaje tiene un papel de redención, ayudando a las demás a entender que no deben competir entre ellas, sino apoyarse. 

¿Tiene alguna anécdota divertida durante alguna actuación?

Me acuerdo en una de las funciones que me pasó algo muy gracioso. Como mi personaje habla muy poco, en una escena, cuando no tenía que intervenir, aproveché para ajustar mi vestuario, porque me quedaba un poco grande. ¡Los pantalones se me caían! Así que tuve que correr entre bambalinas en varias ocasiones a subirme los pantalones sin que nadie se diera cuenta. Fue un momento un poco caótico, pero afortunadamente nadie se percató de lo que estaba pasando.