Planeando la nueva PAC

SPC
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La Presidencia del Consejo de Agricultura de Bruselas apuesta por una PolíticaAgraria Común post-2027 que priorice a los agricultores y su adaptación ecológica, enfocándose en sostenibilidad, competitividad y fortalecimiento de la cadena alimentaria

Planeando la nueva PAC

Apenas ha comenzado a aplicarse la PAC actual, pero en Bruselas ya están pensando en la siguiente, probablemente buscando evitar los retrasos que se produjeron con la que está ahora en vigor. Y también, es de esperar, para corregir los errores que se están detectando en la Política Agraria que va a funcionar hasta 2027. Así, en el Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) celebrado este pasado lunes y martes, István Nagy, ministro húngaro del ramo y presidente de turno del Consejo en este semestre, presentó un documento de conclusiones sobre el futuro de la PAC para después de 2027. El documento fue respaldado (o al menos no fue objetado) por 26 de los 27 Estados miembros (salvo Rumanía).

Nagy recordó que entre las prioridades de la presidencia húngara figura tener una agricultura «competitiva, favorable a los agricultores, a prueba de crisis, sostenible y basada en el conocimiento». «En estas conclusiones de la presidencia es exactamente de eso de lo que hablamos. Enviamos un mensaje fuerte, alto y claro, a la Comisión Europea hablando sobre una Política Agraria Común especializada con dos pilares también en el futuro», comentó. «Creemos que es imperativo que el apoyo a los agricultores no se puede reducir», añadió, y recordó que cualquier medida que disminuya el respaldo a los granjeros o que asigne recursos a otros propósitos supone «una amenaza, un riesgo» para la soberanía alimentaria de la Unión Europea.

Según el documento de la Presidencia, el objetivo central de la PAC después de 2027 será fortalecer el papel de los agricultores en la sostenibilidad y resiliencia del sector, para lo cual tendrá que adaptarse a los desafíos del cambio climático, las fluctuaciones de mercado y la necesidad de una cadena alimentaria más justa y transparente. Este documento establece una visión que aspira a que los agricultores europeos continúen como guardianes de la biodiversidad y pilares de la soberanía alimentaria, apoyándolos con recursos los adecuados y un sistema de financiación simplificado y accesible.

La propuesta de la Presidencia del Consejo subraya la necesidad de que los agricultores mantengan un ingreso justo y sostenible, considerándolos elementos clave en el equilibrio rural y social europeo. Para ello, el documento aboga por una PAC más ágil y menos burocrática, enfocada en brindar apoyo directo a los agricultores en la mejora de sus prácticas agrícolas y en recompensarlos por los servicios ecosistémicos que proporcionan, como la preservación de hábitats naturales y la reducción de emisiones.

Una de las cuestiones más relevantes propuestas es mantener una estructura de dos pilares en la PAC: uno que asegure los pagos directos y estabilice los ingresos de los agricultores y otro dedicado al desarrollo rural. Este segundo pilar deberá fortalecer las inversiones en infraestructuras y proyectos rurales que apoyen la viabilidad a largo plazo de las zonas rurales, fomentando actividades tanto agrícolas como no agrícolas que refuercen las economías locales de los pequeños núcleos.

El Consejo también se enfoca en fortalecer la posición de los agricultores dentro de la cadena alimentaria. El documento propone fomentar la transparencia, la contractualización y la organización dentro del sector, con el objetivo de evitar prácticas comerciales desleales y lograr una distribución más equitativa del valor añadido. Asimismo, se plantea la necesidad de apoyar especialmente a las explotaciones familiares y pequeñas, destacadas en el modelo agrícola europeo, y que muchas veces afrontan mayores dificultades para acceder a financiación o mantener la rentabilidad. Para atraer nuevas generaciones al sector, el documento insta a un apoyo específico para los jóvenes agricultores y las mujeres rurales.

Más accesible.

La actual PAC ha sido criticada por la carga administrativa y la complejidad de sus procedimientos. Ante esto, la Presidencia del Consejo sugiere un enfoque de implementación simplificado que permita a los Estados miembros adaptar los programas a sus realidades locales sin sobrecargar a los agricultores. Además, el documento llama a fortalecer el uso de tecnologías digitales, que podrían reducir significativamente la carga administrativa y reducir las inspecciones a pie de campo.

También se plantea reforzar los ecorregímenes y las medidas agroambientales del segundo pilar como herramientas clave en la transición, facilitando su implementación práctica y flexibilizando los requisitos. Los agricultores que adopten prácticas sostenibles como la agroecología o la agricultura de carbono serían compensados no solo por sus costes adicionales, sino también por los servicios ecosistémicos que aportan, como la mejora de la biodiversidad o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. «La transición ecológica solo puede lograrse en colaboración con los agricultores», resalta el documento, haciendo un llamado a recompensar sus esfuerzos.

El Consejo también aborda la creciente frecuencia de crisis naturales y de mercado que afectan al sector, tales como fenómenos climáticos extremos, enfermedades y fluctuaciones de precios. La propuesta sugiere un refuerzo en las herramientas de gestión de riesgos para proteger a los agricultores y sus explotaciones. Se aboga por un marco de respuesta más ágil, con la posibilidad de una intervención rápida y eficiente en situaciones de crisis, y se pide fortalecer las políticas de resiliencia hídrica en la UE, un recurso clave para la producción agrícola y cada vez más amenazado por el cambio climático.

Por último, aunque no menos importante, la investigación y la innovación ocupan un lugar destacado en las conclusiones del Consejo, que subraya la necesidad de fomentar una agricultura basada en el conocimiento a través de los Sistemas de Conocimiento e Innovación Agrícola y la Red de la PAC de la UE. La propuesta promueve una mayor inversión en tecnologías innovadoras que ayuden a mejorar la sostenibilidad y la competitividad del sector agrícola, facilitando el acceso a la economía circular y la bioeconomía como bases de la transición ecológica en curso.