Editorial

Un Día de la Provincia que mira hacia dentro y hacia fuera

DP
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La jornada sirvió para urgir medidas fiscales que incentiven a particulares y empresas

Hacia dentro, como es lógico, porque el Día de la Provincia es el del reconocimiento al trabajo que desempeñan los alcaldes y concejales de los ayuntamientos y las juntas vecinales en beneficio del común, la mayoría de las veces como un trabajo añadido al  suyo y casi siempre por altruismo, que sabido es que las dedicaciones exclusivas son para los cargos  de los grandes municipios, no así para los de los medianos y pequeños, que en Palencia son mayoría. Un reconocimiento merecido, que quiere ser también exaltación de los valores que acompañan el devenir del medio rural, léase entrega, sacrificio, capacidad de emprendimiento, voluntad de permanencia pese a las dificultades que aquejan a esa España interior, más que vaciada, y que pasan en ocasiones por la pérdida de servicios e infraestructuras o la falta de relevo generacional. 

 El Día de la Provincia, dividido como en anteriores ediciones en dos jornadas, tuvo ayer carácter institucional y sirvió, como decíamos, para rendir homenaje a sus servidores públicos, exaltar los valores del palentinismo mejor entendido y subrayar las fortalezas y las excelencias de estas tierras. Pero también quiso mirar hacia fuera, concretamente a la vecina Cantabria, poniendo de relieve el Camino Lebaniego, y es que celebramos Año Jubilar y es justo reivindicar el valor de una ruta que vertebra la provincia, de sur a norte, desde hace cinco siglos. Es este camino uno de los motivos para presumir de Palencia, como también lo es que la provincia albergue la cuna del primer Ayuntamiento de España, el Fuero de Brañosera, que va a cumplir 1.200 años, ni más ni menos.

En esa mirada hacia fuera, la vista también debe dirigirse al sur, y más concretamente a Madrid, sede del Gobierno de España, con el objetivo de lograr que en la lucha contra el reto demográfico se provea a Palencia de armas eficaces para detener la sangría poblacional. Una de ellas debe blandir medidas fiscales tanto a particulares como empresas que incentiven permanecer o atraer pobladores. Ventajas especiales para territorios especiales que deben ir acompañadas de una mayor y mejor financiación de las competencias que las administraciones locales -ayuntamientos y diputaciones- asumen comandadas por normas de rango superior que rara vez llegan respaldadas del respaldo económico que necesitan para desarrollarse sobre el territorio. Más pronto que tarde, es necesario definir un adecuado y equilibrado financiación autonómica y local porque de ello depende también el futuro del medio rural.

En definitiva, que ojalá el ¡Viva Palencia! entonado en este Día de la Provincia se haya escuchado tanto dentro como fuera. Si no, habrá que gritarlo con más fuerza y más a menudo.