El aumento, lento pero progresivo de internos jóvenes, entre 18 y 21 años, en el centro penitenciario de La Moraleja, que antes no se asumía en esta instalación y ahora sí, fue uno de los datos que la directora, Marta Touya, que lleva 16 meses en el cargo, destacó durante su intervención ayer en el acto institucional celebrado con motivo de la festividad de La Merced. A esta circunstancia trata de adaptarse la plantilla de 494 funcionarios para una población reclusa de 882 personas, que oscila con frecuencia y que la semana pasada era de 910 y se considera deficitaria para las necesidades de la cárcel. «Estamos pendientes de un concurso de traslados y, por supuesto, no está cubierta la ratio por preso que marca la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) y se irán incorporando nuevos funcionarios», detalló.
Marta Touya reconoció que el perfil de peligrosidad de muchos internos preocupa a la dirección y a los sindicatos, que transmiten esta inquietud. «Sí, claro, es preocupante, y lo que pasa es que nuestra labor se centra, en el 99% de las ocasiones, en atender circunstancias sobrevenidas que no se pueden prever. Lo ideal es atajarlas, como creo que lo hacemos de la mejor forma posible para que no haya compañeros lesionados ni internos. Así, se trabaja en este perfil nuevo de internos muy jóvenes que entra. En junio contábamos en la prisión con unas 62 nacionalidades y se intenta compatibilizar bien todo», concretó la directora.
Además, se refirió a las necesidades que ha planteado hace poco a la subdirectora General de Sanidad en Instituciones Penitenciarias. «La falta de médicos es un problema acuciante y se da en todas las prisiones del país e, incluso, a nivel europeo. Se trata de una figura cada vez más necesaria y escasa. También afecta al personal de enfermería y se pretende de atender lo mejor posible un actuación diaria de todos lo sanitarios, que van a una», según señaló la máxima responsable de la prisión de Dueñas.
Progresivo aumento de jóvenes presos de entre 18 y 21 años - Foto: Óscar Navarrocolaboraciones. Otro aspecto destacado en La Moraleja es la colaboración de entidades sociales que colaboran en el mejor funcionamiento de la prisión con distintos talleres y actividades para facilitar el bienestar de los presos. «Contamos con el apoyo de unas diez entidades de este tipo y el número de voluntarios oscila continuamente porque hay gente que viene a hacer prácticas y luego lo deja. Tendremos una media de 40 y 50 personas entrando a diario», apuntó.
Marta Touya explicó que la única novedad ayer de la festividad de La Merced -que ya hace tiempo que no se llevaba a cabo, fue la realización de una pequeña visita a la zona que se utilizaba antes cuando hubo madres internas con hijos pequeños. «Se ha reconvertido en un área terapéutica y vamos a visitarla para dar a conocer un poco todo lo bueno que han supuesto las obras, la decoración y para qué se utiliza actualmente en el centro», detalló. Tras la visita, en el salón de actos d e La Moraleja se proyectó un pequeño vídeo, junto a la entrega de condecoraciones y los premios de un concurso de novela corta. Además, se reconoció con una placa a once funcionarios que han cumplido 25 años de servicio.
Por su parte, el subdelegado del Gobierno, Ángel Miguel, se refirió también a los conflictos que se dan en la prisión de Dueñas. «No voy a decir que sean normales, pero sí compresivos ante un perfil de interno difícil y que da problemas. De vez en cuando surge una agresión a un funcionario. Es algo que puede ser cotidiano, entre comillas, para un centro penitenciario y esto no es un colegio de monjas, se trata de un lugar con gente peligrosa que hay que atender y cuidar. Por supuesto, hay que ayudar a que los internos se rehabiliten y el día de mañana consigan salir en mejores condiciones de las que entraron», opinó.
once incidentes. La Asociación Profesional de Trabajadores Penitenciarios Tu abandono me puede matar (TAMPM), señaló que en el centro penitenciario de Dueñas han cambiado pocas cosas. «Seguimos siendo uno de los mas conflictivos del país y en lo que llevamos de año hemos sufrido once incidentes regimentales con 16 funcionarios heridos, un incendio en el taller y varios provocados en celda. El 13 de junio hubo una batalla campal en el modulo 4 que se saldó con varios internos heridos y el 17 de septiembre un interno rompió una silla en la espalda del funcionario sin mediar palabra como forma rápida de salir del módulo. Esto es fruto de la sensación de impunidad extendida entre la población reclusa, no solo de este centro, sino de todos, de que no pasa nada en ellos por grave que sean los hechos que protagonizan», indicó.