Puertas abiertas para iniciar una nueva vida

Pablo Torres
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Pedro y José Manuel ofrecen a 'Diario Palentino' sus testimonios sobre la dureza en la calle y de cómo trabajan para salir de ella

Puertas abiertas para iniciar una nueva vida - Foto: Sara Muniosguren

Cada persona sostiene una historia sobre sus hombros. Las circunstancias no siempre son las esperadas y, de un día para otro, lo que parecía ser un proyecto de vida asentado y con perspectivas de futuro da un giro de 180 grados. Esa es la historia de Pedro (nombre ficticio utilizado para proteger su privacidad) y José Manuel, quienes, por diferentes motivos, se vieron en la necesidad de recurrir al centro de acogida de personas sin hogar de Cáritas. Ahora, tras varios meses, continúan su camino hacia un futuro mejor.

«Caigo en la calle por una vida inestable debido a mi desestructuración familiar. Mis padres se separan, mi madre se va y yo tengo que buscarme la vida a los 17 años», relata Pedro a Diario Palentino. «He tenido problemas con las drogas, lo que me llevó a realizar un programa de Proyecto Hombre en Salamanca. Estuve dos años interno y, desde que salí, no he vuelto a consumir», confiesa. 

Pedro, procedente del norte, llegó a Castilla y León «hace siete años». «Me alejé de mi tierra para evadirme de las drogas y de las malas compañías. Como no tenía relación familiar, que es lo que me unía a mi origen, me fue indiferente cambiar de lugar», narra. «Si no tuviera la ayuda que me proporciona el centro de Cáritas no tendría techo. En ese caso, no podría trabajar. Si no tuviera donde ducharme o comer, las apariencias serían nefastas. No podría acceder a ningún puesto de trabajo, puesto que hoy en día la imagen es fundamental», añade. 

Actualmente, Pedro se encuentra trabajando. «Estuve 15 días de prueba. Venía al centro a comer y a dormir. Hace poco me dieron la noticia de que me iban a hacer indefinido», detalla el protagonista, quien acto seguido asegura que cuando cobre su primer salario buscará una habitación para vivir. 

«Se desperdician muchas oportunidades de ayuda. Hay gente que lleva muchos años en la calle y no llega a aceptarlas. Lo que te ofrecen aquí es ir paso a paso. Hay que coger primero el uno, aunque te parezca poco, para ir escalando hacia el diez. Muchas personas pasan tres días aquí y se van a otro lado pensando que les van a dar todo hecho. Hay que aguantar, tener fuerza y tirar hacia adelante», subraya. Por otro lado, manifiesta la problemática de la edad a la hora de intentar salir de esta situación. «Mucha gente aquí ya tiene una edad. Los empresarios quieren gente joven, no se comprometen con una persona de 60 años. Aunque fueras el más profesional del mundo, si eres mayor, vas a tener más dificultades», apostilla.

Respecto a las perspectivas de futuro, Pedro reconoce querer «tener una vida normal». «Tener estabilidad emocional y sentir a una familia». No obstante, manifiesta que el futuro es algo en lo que dejó de pensar hace tiempo. «En estas situaciones, solo te fijas en el presente», concluye. 

Por su parte, José Manuel asevera que llegó a la situación de estar en la calle «de la noche a la mañana». «Me separé de mi mujer después de 24 años. Fui a la constructora y renuncié a mi parte del piso», relata a este rotativo, a la vez que afirma «haber trabajado toda la vida». «Tengo dos hijos de los que estoy muy orgulloso porque han salido estudiosos», añade. «He tenido mi casa y mi coche y es algo que me lo he ganado yo con mi trabajo, no me lo ha regalado nadie», asevera.

FORMACIÓN. Para José Manuel, «la formación es imprescindible» a la hora de intentar salir de esta situación. «Una persona que hoy en día no tiene un graduado escolar y no está formada lo va a tener mas difícil que una que sí lo está», subraya. 

Según explica a este periódico, obtuvo el grado de Mecánica y Electricidad del Automóvil, lo que le permitió trabajar de mecánico durante muchos años y dar lecciones de educación vial por los colegios. «A pesar de estar en la calle, tengo herramientas y alternativas». 

Actualmente, José Manuel trabaja de guía en el Museo sin Hogar expuesto en el Seminario Mayor, labor que compagina con un curso de informática para seguir aprendiendo y adquierendo más competencias. «Lo que les inculco a los chavales que vienen al museo es que se formen», matiza. «Llevo 33 años fuera de Palencia. Regresé aquí hace dos meses y ya me han llamado de tres sitios a los que les entregué mi curriculum», asegura.

En cuanto a la ayuda del centro, José Manuel reconoce que gracias a ella se ha quitado de estar a la intemperie de la calle. «Hace poco nos dijeron que un chaval que estaba durmiendo en la calle en Santander había muerto. Es triste, pero si esa persona hubiera estado en un sitio en condiciones no hubiese fallecido», agrega.

Como mensaje final, José Manuel asegura que «todos sabemos el camino que tenemos que llevar». «Hay mucha gente que va por el bueno y otros que no. Es decisión de cada uno cuál escoger», afirma. «En cinco años me veo fuera de esta situación porque considero que tengo medios para ello. Si no tuviera mi formación ni mis estudios tengo claro que no levantaría cabeza», concluye.

Como acto de apoyo hacia las personas que se encuentran en estas situaciones, Cáritas Palencia celebra mañana el Día de las personas sin hogar bajo el lema Comparte tu red, no dejes que se queden fuera de cobertura. 

La entidad atiende una media de 15 personas diarias en su centro de acogida, lo que se ha materializado en un total de 433 entre los meses de enero y agosto de este año.