Rozalén y Lorena Gómez homenajearon ayer a la mujer palentina con sendas actuaciones brillantes. La cantautora castellano-manchega Rozalén cautivó al final la madrugada a un público entusiasta que no dejó mucho espacio libre eb el parque del Salón, abarrotado desde los primeros acordes de unas canciones plenas de sensibilidad y una voz que llega a lo más profundo. En una puesta en escena sencilla con grandes músicos, el concierto estuvo traducido en directo para las personas con discapacidad auditiva a la lengua de signos, por parte de Beatriz Romero, su intérprete, que, con un llamativo lenguaje gestual, traslada lo que Rozalén quiere reflejar, haciendo llegar un discurso firme en defensa de un espectáculo inclusivo.
Sus seis trabajos, la crítica y una legión de seguidores la avalan y así lo demostró anoche, en la que, como suele ser habitual, se metió al público en el bolsillo con mensajes de apoyo a numerosas causas sociales. Sobre el escenario Rozalén puso de manifiesto su gran talento musical, plasmado en temas con mucha pasión y guiños constantes hacia un público entregado de distintas edades que se identifica, y mucho, con una de las artistas femeninas de mayor éxito del país.
Pocas horas antes, la cantante de Lérida Lorena Gómez, con Me vuelvo a la vida, el tercer disco de su carrera -álbum titulado con el mismo nombre que su éxito radiofónico- se abrió, lo dio todo y convenció al público palentino -bajando del escenario y hablando con él en la plaza Mayor- que conoció un poco más sobre ella y disfrutó de su impresionante voz, buenos músicos y un sonido potente.
En Me vuelvo a la vida la artista se siente más identificada tras comenzar hace 17 años en el mundo de la música, con canciones inspiradas en algunas de sus vivencias. Así, trasladó un amplio repertorio cuidado y madurado tras darse a conocer a través de la pequeña pantalla a través de los programas Operación Triunfo y Tu cara Me Suena.