Con frecuencia creemos que la clave de la vida se encuentra en las respuestas, cuando desgraciadamente reside en acertar con las preguntas. Es el primer paso para resolver las dudas que nos acompañan en la travesía. Hace no mucho alguien me preguntó a bocajarro si pensaba que Kamala Harris podía ser el rival adecuado contra Trump o si la apuesta por Tim Walz había sido inteligente. Por la pregunta es obvio que quien la hizo, piensa que Donald Trump es un peligro para la democracia americana y para el planeta por extensión.
No dudo que el ego de Donald apoyaría la teoría de su capacidad para dañar la paz mundial y provocar el Armagedón, pero en sus cuatro años en el poder digamos que muy belicista no fue. Decir esto no significa que no sea un sujeto divisivo y no provoque una tensión permanente con las instituciones. Irónicamente, quienes le atacan promueven a sujetos tan irrespetuosos con el equilibrio institucional, pero ideológicamente afines y con espasmos totalitarios.
Joe Biden ha sido un mal presidente y nunca debería haber sido candidato en el primer envite, pero fue leal a su partido cuando se lo pidió. Sin embargo, el espectáculo del partido demócrata para forzar a su renuncia cuando había arrollado en las primarias, es un precedente peligroso y deshonesto con el nombre de dicho partido. Una élite ha dicho hasta aquí y el designado ha claudicado.
La democracia no es el sistema donde gobierna quien tú quieres para que haga lo que tú deseas, eso se obtiene en las dictaduras. Es un modelo político donde se respetan voluntariamente las leyes sin que la coerción sea necesaria y donde el cambio de poder se realiza pacíficamente. Ese consenso colectivo aporta paz y a medio plazo prosperidad.
Vivimos una época convulsa donde odiamos al que no piensa como nosotros. Tan fuerte es esta pasión que ya nadie dice lo que piensa, bueno la mayoría. La pregunta correcta inicial no es la aptitud de Kamala para las elecciones o incluso el cargo. ¿Por qué millones de americanos ven en Donald Trump una solución creíble? ¿Qué han hecho ambos partidos para que sea el mal menor? Mucho me temo que la respuesta se llama Barack Obama, Emmanuel Macron, Angela Merkel. Todos ellos ganaron elecciones, pero despreciaban a sus votantes porque ellos sabían más. La democracia es un proyecto colectivo y el gobernante no puede ser partidista.