No cabe duda de que el progreso se nota, pero no en todos los asuntos.Ya pasó aquella etapa en la que nuestras abuelitas, las pobres, se sentaban ante una mesa a escoger lentejas, porque algunas tenían gusanitos. Ahora, las lentejas, incluso se compran ya cocinadas, en tarros de cristal, y de allí, se calientan, y derechas al plato. Y si vamos al tema amoroso : Se decía: --Ya entra en casa de la novia--. Sí, pero con los consabidos tramos: Primero, se pedía la entrada... luego se pedía la mano... Entre todos los componentes se trataban de usted... pero... ¡Ahora se ya no hay preámbulos! Tanto es así, que se dan casos en los que madres, viudas o divorciadas, van con sus hijas a buscar ambas pareja amorosa en el programa de Carlos Sobera,y cuando se las pregunta cómo les gustaría que fuera el predestinado, contestan: -- Sobre todo, que sea activo en la cama-- Y se quedan tan anchas. ¡Y así...y así... y así...! ¡Que sí, que sí, que muchos prejuicios se han ido al garete! Ahora, mucha gente arrima el ascua a su sardina y aquí Paz, y después Gloria. Ahora bien: ¿es así en todo? Y si lo es ¿hemos salido ganando? Yo creo que tanto en política, como en ciudadanía todo ha pegado un cambio a favor del desconcierto. La gente que nos dirigía, permanecía más tiempo al mando. Los decretos perduraban, y eso sosegaba. La gente sencilla sabía mejor a qué atenerse y afianzarse... pero como el tiempo va que vuela, ahora, cuando ya han conseguido inculcarnos que aquello es lo bueno, lo bonito y lo barato... resulta que llega el turno de la sucesión... y... ¡hala, a juzgar al nuevo mandamás, a aceptar nuevas normas... tanto si nos gustan como si no... ¡que nos dejen más tiempo a los que nos manejan, que a lo peor hasta les cogemos cariño aunque no nos gusten! Decía un admirador de Lola Flores: --No canta bien, ni baila bien, pero no os la perdáis --. Es verdad eso de que puede llegar a sorprender para bien lo que presentías nefasto, porque somos manos que nos atrapan según venga el aire. Mucha gente echaba chispas presintiendo que Sanchez se iba. Y otros están atragantados porque se queda. Como diría el admirador de Lola: --No se si gobierna bien, o gobierna mal, pero no os le perdáis ---. Mejor dicho: -- ¡Ya no os le perdéis!