La tularemia se constata en La Nava

Pablo Torres
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Profesionales del sector agrícola confirman a este periódico la presencia de esta enfermedad en roedores y agricultores

Imagen de archivo de una zona de actuación contra los topillos en la provincia. - Foto: Raúl Martínez

Fuentes consultadas por Diario Palentino confirman la presencia de algunos casos de tularemia en la comarca de La Nava. Pese a la ausencia de cifras oficiales, profesionales del sector aseguran que esta enfermedad infecciosa ha estado presente durante el verano, con «síntomas similares» a los que provocó la patología en 2019. «Ha habido bastante. Yo sé de personas que lo han tenido», afirma un agricultor cuyo nombre prefiere mantener en el anonimato. «Ahora mismo, del uno al diez, puede haber un siete en comparación con la época en la que más tularemia hubo», ejemplifica.

Cabe explicar que la tularemia es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Francisella tularensis. Si bien se encuentra especialmente en animales roedores, puede transmitirse a los humanos, causando fiebre, dolor de cabeza o dolores musculares, entre otros síntomas. 

La presencia de esta enfermedad en la comarca de La Nava coincide a su vez con la aparición de «muchos» roedores muertos, como asevera el agricultor. «Lo que sí he notado es que tienen menos vida que antes. Hace un mes se veían muchísimos muertos; hoy ya se ven bastantes menos», relata. Asimismo, lamenta que «en el canal hay muchos cadáveres de ratones». 

Cabe recordar que fue precisamente la zona de Fuentes de Nava la primera que registró un caso confirmado de tularemia en la provincia en 2019. Se trató de un agricultor que arrojó una prueba positiva, a la que Asaja achacó la presencia de topillos muertos en las acequias y los sistemas de riego. 

Desde COAG, una de las tres organizaciones profesionales agrarias (opas) con representación en el campo palentino, aseguran también a este rotativo haber tenido constancia de esta enfermedad durante el presente estío. «La gente no lo va pregonando, pero lo sé de buena tinta, sobre todo en el sector ganadero, que está más en contacto con el forraje», afirma su presidente en Palencia, David Tejerina. 

«Hemos recomendado el uso de mascarilla y guantes, es lo único que se puede hacer. En los paquetes de paja y forraje aparecen muchos topillos muertos, y lo que se pide es que se tenga precaución», advierte Tejerina. 
Incidir en que aquellos que padecen la enfermedad conservan sus anticuerpos para futuros contagios, lo que hace que en plagas futuras no presenten los síntomas con la misma contundencia que en la primera ocasión. «Raro es el ganadero que, a día de hoy, no ha pasado la tularemia», considera Tejerina, quien manifiesta a su vez que «es una enfermedad fastidiada». «No debemos pensar que es solo una gripe.Sé de gente que le quedan secuelas como cansancio o dolor en los brazos», apostilla.

Pese a no identificar un foco claro de contagio, la comarca de Tierra de Campos ha albergado siempre «muchos topillos», roedores a los que los profesionalea achacan esta enfermedad. «Todos nos hemos montado en una cosechadora y hemos visto tierras con rodales», declara Tejerina. 

ASAJA Y UPA. Asaja y UPA, las otras dos opas con representatividad en el campo de la provincia, aseguran en Diario Palentino no haber tenido constancia de casos de tularemia este verano. No obstante, la ausencia de diagnósticos confirmados en estos colectivos no significa que haya una relajación en la preocupación de sus profesionales, pues la abundancia de potenciales transmisores como los topillos en las tierras agrícolas hace que el sector mantenga la alerta.  

«Los topillos están también en las alfalfas y las tierras de remolacha, pues al ser herbívoros van a lo verde. Como estamos todos los días trabajando con estos cultivos, puede haber contacto con ellos», advierte el secretario general de UPA Palencia, Blas Donis, quien a su vez avisa de la presencia de estos roedores en zonas de regadío o acequias de riego. Si bien no tienen notificación de ningún caso confirmado de tularemia, desde la opa recomiendan mantener la distancia con estos ratones, pese que «hay momentos en los que es indispensable porque el trabajo es así».

En términos similares se expresa José Luis Marcos, presidente de Asaja Palencia, quien manifiesta la dificultad de mantener medidas preventivas a la hora de trabajar. «Cuidado puedes tener pero, al final, estás en el campo expuesto a lo que te pueda tocar», afirma. Desde Asaja tampoco han tenido constancia a lo largo del verano de ningún caso confirmado de tularemia. 

El secretario general de UPA Palencia insta a extremar las precauciones más allá de la actividad agraria, pues, asegura, «ya se están empezando a ver topillos en los jardines y las piscinas de algunos pueblos». «Es precisamente donde tienen un foco en el que alimentarse bien», argumenta. En esta línea, Tejerina también advierte sobre la presencia de roedores en zonas como jardines o riberas del río. 

Las consecuencias de la abundancia de estos animales se trasladan también al bienestar de las plantaciones. Y es que desde UPA lamentan los daños que los topillos provocan en los cultivos que se encuentran en pleno proceso vegetativo. «Cuando ya está la plaga extendida, atacarla en pequeñas labores es muy complicado», aseguran. «Las organizaciones agrarias ya lo denunciamos el otoño pasado. Con las perspectivas que había se veía que podía ser una plaga importante este año. La administración no nos ha hecho ningún caso para poner alguna medida», critica su secretario. 

Para paliar esta problemática, las opas avisan también sobre la importancia de trabajar en los reservorios de la provincia, como pueden ser las orillas de los ríos. «Cuando en octubre empecemos a mover la tierra, los topillos se desplazarán allí y, cuando empiece a crecer al cereal, se marcharán y los tendremos en nuestras tierras», explica Donis. 

La Junta tipifica a esta patología como una enfermedad de declaración obligatoria, y ofrece las recomendaciones para evitar su contagio, tales como no mantener contacto con animales muertos, enfermos o con comportamientos no naturales; evitar el consumo de aguas no controladas sanitariamente; utilizar ropas protectoras y productos repelentes para evitar picaduras de insectos o garrapatas; no permitir que los niños toquen las piezas de caza y utilizar guantes y mascarillas cuando se manipulen; consumir carne de animales silvestres perfectamente cocinada; comunicar a los responsables de caza o sanidad animal la presencia de animales muertos, enfermos o con comportamientos no naturales; y, en caso de aparición de síntomas sospechosos de esta enfermedad, ponerse en contacto con el médico. 

 

COAG propone a la Junta quemas controladas para solucionar las plagas de roedores

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Castilla yLeón propone a la administración regional la realización de quemas controladas en el campo para poner fina a la plaga de topillos extistente en las tierras de la comunidad. «No hay otra herramienta más eficaz ni más barata para poder combatirla, sobre todo en zonas donde no puede acceder la maquinaria», explica a Diario Palentino el presidente del colectivo en la provincia, David Tejerina. 

El objetivo de estas quemas es el de acabar con el refugio de los roedores para que así los animales plumíferos puedan localizarlos y cazarlos, pues cabe recordar que el control biológico del topillo se realiza a través de la caza de aves rapaces. «Las aves controlan las pajas cuando no hay marañas; pero si hay mucha maleza, vegetación o es una zona en la que no pasta el ganado, no pueden hacer nada», explica Tejerina.

Estas quemas se encargarían de terminar con aquellas zonas a las que las aves no pueden acceder, facilitando así la caza de roedores y, por consiguiente, el control de la especie, a la cual muchos profesionales del sector agrícola achacan la presencia de la tularemia.  «Queremos que quiten la maleza para que se les pueda ver y las rapaces les cacen», añade.

«Es en lo que estaríamos todos de acuerdo. Es lo que le hemos pedido al consejero de Medio ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones», afirma el presidente de COAG Palencia, quien incide a su vez en que las plagas de roedores «han venido para quedarse», por lo que insta a la Junta a «tomar decisiones valientes».  

Las quemas controladas también serían una alternativa para aquellas localidades que se oponen al trabajo de algunas maquinarias de limpieza de la maleza. «Hay pueblos que no quieren que vayan las motos niveladoras a limpiar las cunetas porque lo único que hacen es tapar las alcantarillas y estropear los caminos», manifiesta Tejerina.

Cabe recordar, como ya publicó este periódico, que la epidemia de tularemia de 2019 se saldó en la provincia con 171 casos totales, de los cuales 76 fueron confirmados por la Junta; los restantes, se consideraron probables. Esta cifra superó a la de 2014, cuando la cifra total fue de 88; y la de 1997, con 151.