Las autoridades de Líbano han cifrado este martes en más de 550 los muertos, incluidos 50 niños, a causa de la oleada de bombardeos ejecutada desde el lunes por el Ejército de Israel contra el país, en el marco del repunte de las hostilidades con el partido-milicia chií Hezbolá, que no ha especificado cuántas de las víctimas son miembros del grupo.
El ministro de Sanidad libanés, Firas Abiad, ha afirmado que hasta el momento se ha confirmado la muerte de 558 personas en los ataques israelíes, que han estado centrados en el sur y el valle de la Becá, en el este del país, si bien también han afectado a la capital del país, Beirut.
Asimismo, ha destacado que la cifra de heridos ha ascendido a 1.835, antes de los hospitales del país "no descuidan a los pacientes y atienden todas sus necesidades", según ha informado la cadena de televisión libanesa LBCI. Abiad ha recalcado que el personal médico "pasa largas horas en las salas de operaciones" para hacer frente a la crisis.
En este sentido, ha detallado que un total de 54 hospitales han acogido a heridos por los bombardeos, antes de denunciar que el Centro Médico de Ainata y el Hospital Público de Bint Yebeil han sido alcanzados por los bombardeos. Además, ha confirmado que cuatro rescatistas de AMAL figuran entre los fallecidos, tal y como ha recogido 'L'Orient-Le Jour'.
Por su parte, el Ejército israelí ha confirmado este mismo martes una "segunda oleada de ataques" contra "objetivos terroristas" de Hezbolá, mientras que uno de sus portavoces ha emitido un nuevo "anuncio urgente" a la población libanesa para reclamar que evacuen zonas situadas "cerca o dentro de edificios de Hezbolá o usados para almacenar armas".
Hezbolá ha respondido a estos ataques con el lanzamiento de decenas de proyectiles contra posiciones militares de Israel y una "fábrica de municiones". El Ejército ha cifrado en cerca de un centenar los cohetes disparados desde el sur de Líbano durante las últimas horas, sin que por ahora haya informaciones sobre víctimas o daños materiales.
Durante los últimos días se ha registrado un repunte de las tensiones, especialmente tras la oleada de explosiones coordinadas la semana pasada en dispositivos de comunicación usados supuestamente por Hezbolá, que dejó alrededor de 40 muertos y unos 3.000 heridos. Posteriormente, más de 50 personas murieron el viernes en el bombardeo ejecutado por Israel contra el sur de la capital de Líbano, Beirut, entre ellos Ibrahim Akil, un alto cargo del grupo libanés.
Las hostilidades en la región estallaron después de que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas lanzaran el 7 de octubre una serie de ataques contra Israel que dejaron casi 1.200 muertos y más de 250 rehenes. El Ejército israelí inició entonces una cruenta campaña militar contra Gaza que se salda por el momento con más de 41.400 muertos, a los que se suman más de 700 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este.
Los ataques del 7 de octubre, denominados 'Inundación de Al Aqsa' por Hamás y sus aliados, llevaron además a la apertura del frente en la frontera entre Israel y Líbano, con combates constantes desde hace más de once meses. Además, los hutíes y milicias proiraníes de Irak han lanzado misiles y drones contra Israel --que ha ejecutado bombardeos contra territorio de Líbano, Siria y Yemen-- en respuesta a su ofensiva contra Gaza.