A Amy Seck y Luana Pataky, alumnas del grado básico de Informática y Comunicación en el centro integrado de formaciónprofesional Camino de la Miranda, les propusieron monitorizar una pequeña granja de tenebrio molitor (gusano de la harina). Les pareció «una idea interesante» y las jóvenes, de Palencia y Grijota, respectivamente, se pusieron manos a la obra con la ayuda de los profesores AndrésAguado y Juan Manuel Emperador.
El esfuerzo valió la pena. Su proyecto, titulado Granjeras 2.0, obtuvo el primer premio en la categoría de Sostenibilidad del concurso nacional RedeSteam. Este certamen, promovido por Redeia, pretende, por un lado, despertar las vocaciones científicas y tecnológicas entre las estudiantes y, por otro, contribuir a los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. En este caso, al tratarse de un animal apto para ser alimento de los seres humanos, su producción en macrogranjas da respuesta a uno de los grandes problemas mundiales, el hambre.
Obviamente, el primer paso fue construir el hábitat de los gusanos para poder demostrar los conceptos que las estudiantes adquirieron en clase a lo largo del curso pasado. Después fue el turno de la programación para mantener el espacio en óptimas condiciones de cría y reproducción del animal. Colocaron en la caja un ventilador y una almohadilla térmica, que se controlan a través de Arduino, una placa de licencia libre que puede manejarse con un ordenador. «Cuando la temperatura es más alta de lo que debería se enciende el ventilador y cuando es más baja se activa la almohadilla. Respecto al dióxido de carbono (CO2) pasa igual, cuando se excede se enciende el ventilador», explican las estudiantes de 17 años.
«El objetivo era replicar modelos innovadores que ya se están poniendo en funcionamiento. Hay pocos en el mundo, pero cada vez se están extendiendo más», explica el profesor Emperador, quien, al tratarse de alumnas de Informática y Comunicación, destaca el trabajo que llevaron a cabo en estos campos. De hecho, desarrollaron el proyecto dentro del módulo llamado Equipos Eléctricos y Electrónicos. Por lo tanto, además de la programación, que incluyó el uso de inteligencia artificial, y la electrónica, Seck y Pataky fueron las responsables de colocar toda la instalación eléctrica de la pequeña granja. Precisamente esta fue una de las cuestiones más complicadas del proyecto, según comentan las estudiantes del Camino de la Miranda.
Ambas recogieron el premio en un acto que se celebró el pasado 18 de octubre en Madrid. Más allá del diploma, este reconocimiento cumplió con el segundo de los objetivos del concurso: que las jóvenes continúen ilusionadas por formarse en estas materias.