El Ministerio de Sanidad impone a partir de hoy el uso obligatorio de mascarillas en los centros de salud y hospitales de todo el territorio nacional, una medida que pretende igualar jurídicamente a las comunidades que ya la habían implementado anteriormente y que busca dar respuesta al incremento de la incidencia en varios virus respiratorios, como la gripe. 

Esta decisión llega después de la negativa de muchas regiones, entre las que se encuentra Castilla y León, para establecer el uso de la mascarilla como obligatorio. La postura de estas comunidades se trasladó a la ministra de Sanidad, Mónica García, el pasado lunes durante el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Hasta ahora, solo Cataluña, la Comunidad Valenciana, Murcia, Canarias, Asturias y Aragón, habían adoptado ya la obligatoriedad. No obstante, la mayoría de las comunidades prefería que esta decisión fuera competencia de las mismas y no del Ejecutivo central. Muchas, de hecho, defendían que debía quedarse como una simple recomendación. 

La medida afecta solamente a centros de salud y hospitales, excluyendo de esta manera a centros sociosanitarios (como las residencias de mayores) y a las farmacias.

En la calle, las opiniones de los ciudadanos son diversas entre los que están a favor de la medida y los que la consideran «excesiva».