Las despedidas duelen y más si son como en el caso de la Coral Vaccea, un símbolo musical de Palencia, que puso fin a 48 años de trayectoria en diciembre con un concierto homenaje a su fundador y director, Jesús Escudero, que falleció el pasado verano dejando huérfanos a la institución y a sus integrantes.
«La Coral Vaccea era un proyecto muy personal de Jesús, que tenía mucha ilusión por llegar al cincuentenario, aunque ya estaba muy mayor», explica el último de los ocho presidentes que ha tenido la entidad, Luis Manuel Escudero, para explicar la principal causa del cese de la actividad musical, que arrancó en otoño de 1975 cuando el fundador logró agrupar en uno todos los coros que dirigía para cantar en la ordenación sacerdotal de Manuel Zarzuelo. «Gustó la experiencia y, un mes después, cantaron todo el repertorio que habían aprendido a Santa Cecilia, la patrona de la música», explica. El resultado volvió a ser satisfactorio y decidieron establecerse como coral, a la que pusieronde nombre Vaccea por el pueblo prerromano que pobló la zona de Palencia.
La presentación oficial llegó en octubre de 1977 en el Teatro Principal, con motivo de la celebración del Día Universal del Ahorro, donde interpretó un repertorio popular de Andrés Moro y Antonio Guzmán Ricis y varias piezas operísticas junto a la Banda Municipal. «En la actuación del pregón de la Semana Santa de ese año, nos vio el director de la Caja de Ahorros y Préstamos, que decidió apoyarnos. Para salir adelante hacían falta unos trajes y dinero para partituras», rememora el último director de la coral.De hecho, destaca la colaboración de las extintas cajas de ahorros que han tenido una importante presencia en Palencia y cuya obra social se perdió tras su desaparición. En sus inicios fueron 33 integrantes, dos de los cuales, Marisa Rosales y Jaime Pérez, también estuvieron en los últimos conciertos.
Durante los siguientes años, la coral fue afianzándose en el panorama cultural de la ciudad, destacando por encima de todo una actuación de 1980 que protagonizaron junto a una orquesta y en la que interpretaron la Novena Sinfonía de Beethoven. «Era la primera vez que había un concierto de orquesta y coral en Palencia», recuerda Montserrat Hernández, expresidenta de la institución y última vicepresidenta. Además, al final de la década, en 1988, sobresale la organización del segundo encuentro de laFederación de Corales de Castilla y León, que contó con la participación de numerosos coralistas, que se juntaron para cantar en la Catedral. En torno a esos años y hasta mediados de los noventa, la entidad alcanzó su pico de participación, con más de 70 integrantes. «Una vez fuimos a Asturias a cantar y tuvimos que viajar en un autobús articulado porque en uno normal no entrábamos», declara la vicepresidenta. En los últimos años, la cifra cayó hasta el medio centenar.
Por otro lado,Escudero y Hernández destacan los viajes por Europa «representando a Palencia».Alemania,Suiza, Austria, Países Bajos, Italia oFrancia (participaron en el Hermanamiento Cultural de Bourges) fueron algunos de los países donde se escuchó a la Coral Vaccea. «Las giras fueron una satisfacción por el trabajo de los años anteriores. Antes del 2000 íbamos a muchos centros culturales y casas de España. Les hacía mucha ilusión», rememoran. Respecto a España, recuerdan viajes a Cáceres, Andalucía,Canarias y Galicia.En este capítulo no se olvidan de los viajes por la provincia. «Conocemos todos los pueblos.En algunos, había más coralistas que público», añaden los directivos.
Las actividades a lo largo de 48 años fueron numerosas y variadas, como las citas solidarias de Navidad, las actuaciones enbarrios o los grandes conciertos con orquesta que procuraron organizar anualmente. Además, explican que siempre han colaborado con otras entidades y eventos. El Vaccea Rock, una gala coordinada por Manuel Esparza en la que se fusionó el pop-rock y la coral durante la Feria Chica de 2001, y la misa criolla que tocaron con el grupo Los Calchakis en 1992 son dos pruebas de ello.
Además, la CoralVaccea tiene el honor de haber estrenado a nivel mundial dos obras del prestigioso músico guardenseClaudio Prieto dedicadas a Palencia: La Bella Desconocida (1994) y Cantata Manriqueña (2005). Son dos piezas de un repertorio en el que abundaron las obras populares y sacras, como El Mesías de Händel, Magnificat y Gloria de Vivaldi, Carmina Burana de Orff o Alejandro Nevski de Prokofiev. Tampoco faltaron composiciones del director dedicadas a la ciudad que en 2018 le nombró Hijo Adoptivo. Debajo de los soportales, La posada del Cordón, Al pasar el Puentecillas o Misa en el Centenario de la Catedral, que se estrenó con motivo de la clausura del 700º aniversario de la colocación de la primera piedra de la seo. El homenaje a Escudero, dirigido por Isabel López (que se hizo cargo de la dirección tras la muerte del alma mater de la coral), fue el broche de oro a la trayectoria de la entidad, de la que «nos sentimos muy orgullosos», concluyen.