El sector lleva tiempo clamando contra la inactividad del Ministerio de Agricultura en lo que se refiere a la gestión de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE). Pero al fin, después de más de un año desde que se registraran los primeros casos en el suroeste del país y tras un verano y otoño muy complicados para los ganaderos de muchas zonas de España, el comité de la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria de España (RASVE) mantuvo la semana pasada una reunión para intercambiar información y debatir medidas para hacer frente a enfermedades que en los últimos meses han afectado a la cabaña ganadera española, como la lengua azul, la tuberculosis bovina y, sobre todo, la propia EHE.

De este comité, que está presidido por el director general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y de Bienestar Animal, Valentín Almansa, forman parte los directores generales con competencia en sanidad animal de las 17 comunidades autónomas.

En relación con la enfermedad de la lengua azul, se revisaron los datos y la situación epidemiológica en España. Se constató que los nuevos territorios que han entrado en zona de restricción han iniciado, o van a iniciar próximamente, la vacunación. Asimismo, se debatió sobre la situación de los serotipos 3 y 8, presentes en Holanda y Francia respectivamente, que han demostrado una gran virulencia, por lo que se consideró que es importante mantener la vigilancia frente a dichos serotipos.

Por todo ello, el comité decidió mantener, con carácter general, la estrategia de vacunación en marcha con el objetivo de evitar los signos clínicos y la mortalidad producida por la enfermedad, disminuir la circulación viral, lograr la erradicación y posibilitar, con las adecuadas garantías sanitarias, los movimientos de los animales desde las zonas restringidas. De esta forma se facilita el mantenimiento de los flujos comerciales a nivel nacional y con países de la Unión Europea, además de las exportaciones hacia países terceros.

Nueva enfermedad.

En relación a la EHE, cuya aparición en España data de hace poco más de un año pero que ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza en muchas zonas durante este verano, los directores generales compartieron los últimos datos disponibles en cuanto a impacto de la enfermedad, que ofrece diferencias entre zonas geográficas, razas, edad de los animales y sistemas de producción. La incidencia es mayor en vacas nodrizas que en las de leche, mientras que apenas se da en cebo. El dato general se mantiene dentro de los límites comunicados desde el inicio de la enfermedad, con una mortalidad inferior al 1%. Pero el problema va más allá de los animales que mueren, ya que los ganaderos denuncian que los ejemplares que sobreviven a la enfermedad dan muchos problemas en todo lo relacionado con los embarazos y los partos.

En cualquier caso, Valentín Almansa informó sobre diversas reuniones mantenidas a lo largo de 2022 y 2023 con los laboratorios nacionales productores de vacunas, a los que se ha solicitado desarrollar una frente a este agente patógeno, nuevo en España. Para impulsar este proceso, desde el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (centro nacional de referencia para la enfermedad) se ha suministrado material a estos laboratorios, de forma que, en la actualidad, son ya varios los centros que trabajan en el desarrollo de una vacuna. Adicionalmente, desde Agricultura se ha enviado un informe técnico para solicitar la autorización nacional de la vacuna a través del procedimiento de emergencia a Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) con la intención de acortar los plazos generales de esta autorización.

El Ministerio, en colaboración con las comunidades autónomas, tiene en elaboración un estudio de seroprevalencia con objeto de conocer el estado inmunitario de la cabaña ganadera, lo cual permitirá prever cómo se comportará la enfermedad durante el año 2024 en términos de diseminación y de impacto. Este estudio es absolutamente necesario para la toma decisiones de cara a la próxima primavera, cuando se espera que el mosquito que transmite la EHE vuelva a estar activo.

Tan pronto como las comunidades autónomas envíen los resultados, la dirección general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y de Bienestar Animal compendiará y analizará la información y de manera inmediata se convocará una nueva reunión del comité en donde se debatirán los resultados, al objeto de acordar la estrategia antes del inicio de la nueva temporada de calor.

Con respecto a la tuberculosis, se revisaron las modificaciones introducidas al programa de 2024 y se volverá a mantener una reunión una vez que las comunidades autónomas envíen los datos definitivos relativos al año 2023.

ASAJA pide apoyo.

La organización agraria ASAJA ha solicitado ayuda de la Administración para el sector ganadero, especialmente por la EHE, cuya evolución en primavera aún está por ver. En Castilla-La Mancha, el sector ha pasado un 2023 complicado. A la aparición de la viruela ovina, una enfermedad que se consideraba erradicada, se sumó la EHE, además de la necesidad de tratar la tuberculosis como una enfermedad compleja y común entre todos los mamíferos. La responsable de ganadería de ASAJA en esta región, María Tapia, ha recordado la falta de rentabilidad que atraviesan las explotaciones ganaderas de la región. Así, además de medidas para compensar el sacrificio y reposición en la viruela ovina, ha solicitado poner en marcha ayudas para compensar el lucro cesante y las pérdidas reales en el sector ganadero, incluidas las ocasionadas por la EHE o las derivadas de los gastos de vigilancia y control de las enfermedades de sanidad animal. Asimismo, la responsable de ASAJA ha pedido abrir líneas de control de la tuberculosis en los focos reales que la transmiten, como son los jabalíes y los ciervos, y no sólo en el ganado bovino.

En Castilla y León, el máximo responsable de la organización a nivel regional, Donaciano Dujo, ha expresado la preocupación que hay en ASAJA por la posible evolución de la EHE, «porque en sanidad animal se requieren soluciones rápidas y acuerdos entre las administraciones, no el desgobierno que hemos tenido en 2023».

Por su parte, ARAG-ASAJA ha remitido una carta a la consejera de Agricultura y Ganadería del Gobierno de La Rioja, Noemí Manzanos, en la que solicita la puesta en marcha de una serie de medidas para compensar al sector ganadero respecto a los daños causados por la EHE, una enfermedad que ya a finales de 2023 había afectado a 125 explotaciones riojanas con contagio certificado por la Consejería, con más de 400 animales afectados, y que había provocado cerca de 60 muertes, una cifra que no coincide con el 1% que maneja el Ministerio.

La organización denuncia que el tratamiento de la EHE ha ocasionado un grave perjuicio a los ganaderos no solo por las bajas de animales, sino también por los gastos derivados de tratar de contener la enfermedad mediante el empleo de insecticidas en medios de transporte e instalaciones y la administración de medicamentos como tratamiento paliativo para los animales afectados.

Por todo ello, ARAG-ASAJA solicita que la Consejería ponga en marcha una medida para la reparación de estos daños en explotaciones ganaderas de bovino. Una ayuda que, reclaman, deberá ser acorde al grado de afectación de la EHE, que no ha sido igual en todas las explotaciones. El apoyo, apuntan desde la organización, debería servir para sufragar los costes de limpieza, desinfección y desinsectación de la explotación que haya declarado la enfermedad con un importe asignado en función del censo de animales del Registro Explotaciones Agrarias (REGA), además de para compensar las muertes que se hayan certificado como causadas por la EHE. ASAJA espera que la administración riojana implemente cuanto antes medidas para compensar a un sector que arrastra una situación muy complicada que esta enfermedad ha venido a agravar.

Veterinario de explotación.

Además de intercambiar información y debatir sobre la situación de las enfermedades mencionadas, en la reunión se abordó también la figura del veterinario de explotación. Desde el Ministerio se contempla como una herramienta clave para la mejora de la sanidad de las explotaciones ganaderas mediante el asesoramiento y supervisión continuada al ganadero en la gestión de la explotación. Sobre todo, se considera muy importante para hacer frente a aquellas enfermedades para las que no exista un programa oficial de control y erradicación. Según el real decreto que desarrolla esta figura, aprobado a mediados de mayo de el año pasado, "el veterinario de explotación llevará a cabo una supervisión sanitaria y de bienestar animal de la explotación ganadera de manera presencial y de forma regular. Además, la frecuencia de las visitas zoosanitarias estará basada en el riesgo que presente la explotación e incluirán la supervisión de los aspectos recogidos en el Plan Sanitario Integral. En dichas visitas, el profesional realizará las recomendaciones pertinentes para subsanar las deficiencias que observe, incluidas aquellas destinadas a conseguir un uso sostenible de antibióticos. De igual forma, el veterinario asesorará al ganadero en materia de bioseguridad, trazabilidad, alimentación, detección temprana y respuesta rápida a las enfermedades y sobre la importancia de las resistencias antimicrobianas".

Las organizaciones agrarias, por su parte, ven con cierto recelo a este veterinario de explotación. Consideran que hacerlo obligatorio acarrearía un nuevo gasto que, en el caso de pequeñas explotaciones que ya se encuentran económicamente muy ahogadas, podría suponer la puntilla.

¿Para qué sirve el RASVE?

El comité de la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria de España (RASVE) es un órgano colegiado creado mediante el Real Decreto 1440/2001, de 21 de diciembre, por el que se establece el sistema de alerta sanitaria veterinaria y la coordinación en materia de sanidad animal, que es el encargado del estudio de la situación y evolución de las enfermedades animales y aprobar las medidas necesarias para hacerlas frente.