El equipo de la Universidad de Burgos formado por Elisa María Sánchez, Ángela Herrejón y Eneko Iriarte investigarán las estalagmitas de la Cueva de los Franceses gracias a una beca de investigación cofinanciada por Galletas Gullón y Argeol (Asociación para la Reserva Geológica de Las Loras).
¿Por qué han centrado su estudio en la Cueva de los Franceses?
Sánchez: Nos interesa porque es una cueva que ofrece un tipo de material muy detallado y que nos ayuda a estudiar el clima y el campo magnético terrestre. En particular, las estalagmitas nos proporcionan un registro único debido a cómo se forman. Además, la Cueva de los Franceses está ubicada en un geoparque, lo que facilita el acceso y nos da la oportunidad de compartir los resultados con el público. Es una zona con pocos estudios previos, por lo que llenaríamos un vacío importante en la información de la región.
¿Cómo fueron los primeros pasos?
Iriarte: Hace unas semanas tomamos algunas muestras de estalagmitas y hemos comenzado con las primeras pruebas. Hemos instalado sistemas de monitorización para registrar el goteo de agua, eso nos ayudará a estudiar el paleoclima y la evolución del campo magnético. Estamos a la espera de una concesión para intensificar el trabajo.
¿Cuánto tiempo llevará este proceso y qué tipo de trabajo realizarán en el laboratorio?
I: El proyecto tiene una duración de 11 meses. Durante este tiempo, monitorizaremos el funcionamiento de la cueva y analizaremos las muestras. Yo me encargo de realizar estudios isotópicos de carbono y oxígeno en las estalagmitas, lo que implica tomar micro-muestras y analizarlas en el laboratorio.
S: En mi caso, corto pequeñas porciones de las estalagmitas para analizar su magnetización y estudiar los minerales ferromagnéticos. Es un trabajo lento, ya que cada muestra requiere varios tipos de experimentos, lo que puede llevar varios meses.
¿Cuál es el objetivo final de este proyecto?
S: Queremos obtener un registro del campo magnético terrestre a lo largo del tiempo y entender cómo ha evolucionado en el pasado. Esto nos ayudará a predecir su comportamiento futuro. Además, se producen cambios de polaridad magnética, cuya naturaleza aún no entendemos completamente.
I: Desde el punto de vista paleoclimático, analizamos cómo el clima ha cambiado en la región, observando las variaciones de carbono y oxígeno en las estalagmitas. Esto nos permitirá entender mejor el clima local y cómo ha evolucionado a lo largo de miles de años.
¿Qué herramientas utilizan?
I: Usamos sensores de temperatura, humedad y concentración de CO2, que ya están presentes en la cueva. Además, instalaremos sensores para medir el goteo del agua y tomaremos muestras periódicas de agua. Todo esto se integrará en un sistema de monitorización que nos permitirá estudiar cómo las condiciones dentro de la cueva afectan la formación de las estalagmitas.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan?
I: Los retos son más bien logísticos, aunque trabajar en una cueva visitable facilita mucho las cosas. En otras cuevas no hay luz lo que puede complicar el acceso, o se requiere equipo especial como cuerdas para descender. Sin embargo, en este caso, tenemos la suerte de que la cueva es accesible y cuenta con un entorno seguro y controlado.
S: Antes de muestrear no sabemos qué tipo de registro vamos a obtener. Las estalagmitas cercanas pueden tener registros muy diferentes, lo que significa que debemos trabajar mucho para encontrar muestras que nos ofrezcan la información que necesitamos.