Con motivo del Día Mundial de la Diversidad Biológica que se conmemoró ayer, la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) recibió la visita de una veintena de alumnos de Bachillerato del IES Jorge Manrique, quienes pudieron conocer de primera mano el funcionamiento de una planta que ha evolucionado hasta convertirse en una ecofactoría.
Una transformación que es el resultado de años de trabajo e inversión de Aquona, la empresa adjudicataria del servicio de suministro y depuración de agua de Palencia. «Desde 2016 trabajamos en la materialización de un plan estratégico en sostenibilidad con el objetivo, sobre todo, de alcanzar la autosuficiencia en cuanto a autoconsumo de energía. Ahora mismo, supera el 60% gracias a un motogenerador -en los próximos días se sumará otro- de energía eléctrica a través del biogás producido en la depuración y la instalación de placas solares fotovoltaicas», explicó Laura de Vega, directora de Desarrollo Sostenible de la firma.
La transformación de esta instalación en una ecofactoría se ha logrado también gracias a una valorización de residuos que alcanza el 98% de todos los que se generan. «Son mayoritariamente fangos, que se utilizan en agricultura como fertilizante, aunque también se tratan las grasas, que se gestionan en la ecodigestión; y regeneramos el agua para el riego», detalló De Vega.
Ecofactoría ejemplar - Foto: Sara MuniosgurenAsí, la EDARpuede presumir de ser el referente más consolidado en cuanto a transición ecológica y lucha contra el cambio climático en el sector del agua de Castilla y León, tal y como su responsable, Consuelo de Juana, trasladó a los estudiantes del IESJorge Manrique.
De Juana expuso que esta transformación tiene otra vertiente, la mejora de la biodiversidad, y es que la EDAR se enclava en un entorno natural privilegiado en la ribera del río Carrión. Por eso, Aquona también ha impulsado iniciativas como la eliminación del uso de fitosanitarios, el control de las especies invasoras y la naturalización de espacios con la habilitación de zonas de vegetación autóctona o la puesta en marcha de refugios de biodiversidad, como las cajas nidos para aves o el hotel de insectos.
Taller de anillamiento. Para acercar esa riqueza natural a los alumnos, Fernando Jubete, responsable de la Asociación de Naturalistas Palentinos, les mostró cómo se realiza un anillamiento científico. Aquona lleva colaborando más de una década con esta entidad, que se encarga desde hace siete años de llevar a cabo dos censos de aves anuales, uno de primavera y otro de invierno. En el primero de este año se identificaron en los entornos de la ecofactoría a 26 especies entre las 30 aves censadas, lo que habla de la diversidad ornitológica que existe en la zona.
Ecofactoría ejemplar - Foto: Sara Muniosguren«El objetivo no es tanto contar las aves en un día determinado como conocer su tendencia a medio y largo plazo. Pretendemos hacer un inventario de las especies para controlar si hay algunas que aparecen u otras que desaparecen. Por ejemplo, aquí estamos notando un incremento de palomas torcaces, pero también aparecen otras especies más raras o sensibles, como oropéndolas o ruiseñores, que son más propias de ambientes naturalizados», comentó Jubete.
Los datos de la ecofactoría y del resto de plantas del grupo Aquona se vuelcan en la plataforma BiObserva (www.biobserva.com), un programa de voluntariado ambiental dirigido a preservar la biodiversidad en las instalaciones. En estos siete años, solo en Palencia, se han registrado casi 1.600 observaciones. Toda la información, además, se comparte también en la plataforma de ciencia ciudadana GBif a nivel mundial.
«Todas estas actividades ponen de manifiesto el compromiso del Ayuntamiento y de Aquona en su apuesta con la preservación de la biodiversidad, la protección del medio ambiente, la transformación hacia un modelo de economía circular y la lucha contra el cambio climático», recalcó.