La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, calculó hoy en Valladolid que las tarjetas monedero, aprobadas ayer por el Consejo de Ministros para que las familias vulnerables puedan canjearlas en determinados supermercados por alimentos u otros productos de primera necesidad y así deslegitimar las llamadas 'colas del hambre', solo llegarán a unas mil familias con menores en Castilla y León frente a las 47.000 personas que atienden los bancos de alimentos de la Comunidad. Por otro lado, vio otro "inconveniente" al preguntar por los beneficiarios del mundo rural que no tienen acceso a supermercados ni grandes superficies para hacer uso de esas tarjetas.
Con motivo de su visita a los participantes de los itinerarios de inserción sociolaboral para personas en riesgo o exclusión social en la Fundación Red Íncola, Blanco recordó que el programa del Gobierno de España, financiado con el Fondo Social Europeo (FSE), tiene una población diana "muy concreta" como son los hogares con niños a cargo y que cobren menos del 40 por ciento de la renta media. De ahí, su temor a que el programa deje fuera a otras personas mayores que viven solas o donde no hay menores.
"Nos parece bien todo lo que sea luchar contra la exclusión social y ayudar a las familias pero parece que con ese nuevo mecanismo los bancos de alimentos dejarán de recibir las dos entregas anuales del Fondo Europeo de Ayuda a Desfavorecidos (FEAD)", expuso.
En este sentido, la consejera aseguró, según recogió la Agencia Ical, que, si fuera necesario, la Junta reforzará los fondos destinados a las ayudas de emergencias o incrementará las subvenciones a las entidades como Cruz Roja, Cáritas y bancos de alimentos que atienden a las personas en riesgo de exclusión social y con escasos recursos para, por ejemplo, repartir alimentos.