Pues sí, estoy contento. ¿Y eso? Bueno, tengo muchos motivos para ser feliz, pero en lo concerniente a esta columna quincenal mi satisfacción radica en la maravillosa y creciente sensación de que lo que escribo genera un cierto estado de opinión entre los lectores que acaba calando a los destinatarios últimos de mis reflexiones. Les describo el ejemplo más evidente, aunque hay más. El 19 de abril publiqué una columna lamentando que el PSOE de Palencia hubiera eliminado de su web el programa con el que Miriam Andrés se presentó a las elecciones (quizás con el fin de que no se pudiera saber si incumplía esto o aquello de lo prometido), animando a que lo publicaran de nuevo, y proponiendo que, para suplir esa falta de transparencia, se celebrara un Debate sobre el Estado de la Ciudad para que la ciudadanía pudiera valorar la acción de gobierno municipal.
Pues bien, si me permiten una pizca de arrogancia, el artículo dio sus frutos. Por un lado, el 13 de junio el PSOE de Palencia rectificó y publicó el programa electoral en su página web. Ver para creer. Por otro, los grupos municipales de la oposición (PP, Vox, IU Podemos) y ¡Vamos Palencia!, que aún no saben si son gobierno u oposición, registraron el 14 de junio la petición de un pleno extraordinario para debatir sobre el estado de la ciudad, el cual se celebrará el 18 de julio. Eso sí, lo ideal hubiera sido que la alcaldesa hubiera propuesto de motu propio la celebración de ese debate, tal y como hizo Óscar Puente cuando llegó a la Alcaldía de Valladolid. Pero no, la llevan a rastras los grupos de la oposición. Una pena. También hubiera sido deseable que la publicación de su programa hubiera sido espontánea y no estratégica (para evitar críticas por falta de transparencia) cuando supieron que se iba a registrar la petición del Debate sobre el Estado de la Ciudad. Sí, la petición del pleno y la publicación del programa coincidieron en el tiempo… ¡qué casualidad! ¿verdad?
En cualquier caso, siendo honestos, no se puede criticar a Miriam Andrés por falta de transparencia porque ese término, transparencia, no aparece ni una sola vez en su programa electoral. No prometió ser transparente en la gestión con la ciudadanía, pero le ha tocado serlo por partida doble. Así sea.