De la mano de Librería Iglesias, con la colaboración del Ayuntamiento, César Pérez Gellida (Valladolid, 1974) presentó ayer en el Lecrác Bajo tierra seca (Destino), novela negra que le hizo merecedor del Premio Nadal 2024. Thriller rural al más puro estilo Gellida sobre una mujer que marcó el destino de quienes se cruzaron con ella, está a la venta su quinta edición.
«Este trabajo nuestro es muy solitario. Durante la mayor parte del tiempo te dedicas a estar frente a un teclado que no te cuenta nada, que se lo tienes que contar tú todo. Estos encuentros con los lectores son una oportunidad para intercambiar opiniones, para escuchar, para contar, para, en definitiva, mantener un rato divertido e interesante para ambas partes», afirmó el escritor. Este, que vive inmerso en una gira desde febrero, explica que ha recorrido ya muchas ciudades y que son muchas semanas en las que está tres o cuatro días fuera de casa. «Siento que resulta muy intenso, pero la novela está llegando a muchos lectores, las críticas son muy buenas y cuando todo va bien, sarna con gusto...», aseveró.
En cuanto a lo más curioso que le trasladan respecto a la novela los lectores en estos encuentros, explicó que «son muchas las anécdotas», así como que lo que más le ha llamado la atención es que «hay buena parte del público que empatiza y que el personaje de Antonia Monterroso le resulta muy atractivo, cuando es la mala de película. Este grupo son normalmente mujeres que llegan a entender los motivos por los que este personaje actúa de ese modo, entienden su histórico vital y les resulta francamente interesante».
Pérez Gellida lleva unos cuantos años publicando, desde 2013. Bajo tierra seca es la novela número 14. «No sé si tanto como referente, pero sí es cierto que por los números de ventas, lectores y novelas publicadas sí que estoy entre los autores más destacados de novela negra del país», señaló, y añadió que le avala la experiencia y, sobre todo, los lectores con sus críticas, sus apoyos en redes sociales y también la respuesta en los puntos de venta. «Ser un autor que tiene un volumen suficiente de lectores como para poder dedicarse a este oficio, que este siempre ha sido mi propósito y es algo que he conseguido prácticamente desde los primeros años, para mí no deja de ser la mejor noticia», indicó.
Aun sin ser escritor vocacional, un día decidió dejarlo todo y dedicarse a ello. «Nunca me he arrepentido; ha habido momentos mejores y momentos peores, sobre los inicios, que son muy complicados. Te tienes que hacer un hueco en la industria editorial y siendo un autor novel no es nada sencillo», manifestó. «Esa época -agregó- ya pasó. Estoy en un momento excelente de mi carrera, porque además el Premio Nadal ha funcionado como impulsor y, con ello, llegar a otros lectores, a otro tipo de público al que, seguramente por el género que yo trabajo, no llegaba. Ahora se ha ampliado mucho la masa de lectores que me ha conocido por primera vez con Bajo tierra seca y aquí el objetivo es seguir creciendo».