Herrera de Pisuerga acoge hoy la Feria y Exaltación de la Patata del Boedo-Ojeda, organizada por el Ayuntamiento de la localidad y la mancomunidad Boedo-Ojeda. Su pregonero Jesús José Martín Álvarez explica un poco más sobre la festividad y la producción de este producto.
¿Cómo recibió la invitación para ser pregonero en la feria?
Me llamó el presidente de la mancomunidad, que también es alcalde de Sotobañado. Fue una llamada telefónica que me sorprendió. Al principio no me lo creía, pero luego entendí la importancia del evento y lo que significaba para la comunidad.
¿Qué significa para usted haber sido elegido pregonero?
Para mí es un gran honor, pero también una preocupación. Es la primera vez que me enfrento a un evento de esta magnitud, así que tengo un poco de nervios. Es gratificante saber que cuentan conmigo para representar a la comunidad, pero también es una gran responsabilidad.
¿Nos puede adelantar algo sobre el contenido del pregón?
Tengo la intención de hacer un pregón que sea una reflexión sobre mis orígenes y la historia de mi familia en la agricultura. Quiero recordar a mis antepasados que han trabajado esta tierra y también hablar sobre lo que hacemos actualmente, el manejo del cultivo de patatas y la importancia de nuestra zona.
¿Qué actividades recomienda a los asistentes no se pueden perder?
Hay un montón de actividades interesantes. Creo que todos los eventos son valiosos y es recomendable participar en ellos. Desde la visita a los expositores, la degustación de platos, la comida popular y las diferentes actuaciones musicales.
¿Cómo ha sido la situación actual del sector de la patata?
Este año ha sido especialmente complicado. Las lluvias han sido excesivas, lo que ha complicado la cosecha. En nuestro caso, tenemos el 90% de la producción aún en el campo. Los terrenos están encharcados, lo que dificulta la recolección y la conservación en nuestras instalaciones.
¿A qué desafíos enfrentan los agricultores en el cultivo de la patata?
Los desafíos son múltiples. Además de las condiciones climáticas, que a veces son adversas, la burocracia también representa un gran obstáculo. Las normativas son cada vez más restrictivas y cumplir con ellas puede ser complicado. Por ejemplo, están limitando el uso de ciertos productos fitosanitarios, lo que dificulta la lucha contra plagas. Esto implica que debemos adaptarnos y buscar nuevas maneras de trabajar, lo que puede ser estresante y costoso.
¿Cuál es su perspectiva sobre el futuro del cultivo de patatas en la región?
A pesar de los desafíos, estoy convencido de que podemos seguir adelante. La pasión por la agricultura es lo que nos mueve. Aunque las restricciones y los problemas climáticos nos complican las cosas, hay un compromiso fuerte por parte de los agricultores para adaptarnos.