El 2 de mayo, es decir ayer, se celebró el Día Mundial Contra el Acoso Escolar. Esta iniciativa, nacida en el año 2013 a partir de la presentación de Javier Miglino,? fundador de la ONG Bullying Sin Fronteras, fue aprobada por la Unesco ese mismo año con el fin de ayudar a la concienciación de este problema. En este marco, y en la mano el informe de la Junta Convivencia escolar en Castilla y León correspondiente al curso 2022-2023, en Palencia se confirmaron cinco casos de acoso, cuando en el período lectivo anterior fueron dos, mientras que en lo que respecta a ciberacoso, descendió el número y pasaron de 13 a dos.
En el conjunto de Castilla y León, durante el curso 2022-2023 se detectaron 54 casos confirmados de acoso y 35 de ciberacoso, por debajo de los 64 y 75 que se registraron el anterior. Además de en Palencia, el acoso se incrementó en Ávila (de tres a nueve), Soria (de uno a ocho), Valladolid (de 15 a 16) y Zamora (de cero a dos), mientras que bajó en Burgos (de 17 a 5), León (de 17 a cero), y contabilizaron el mismo número Salamanca (cinco) y Segovia (cuatro). Respecto al ciberacoso, bajó el guarismo de casos confirmados no solo en Palencia, también en Ávila (de cinco a dos), Burgos (de 18 a cuatro), Segovia (de cuatro a dos), Valladolid (de 17 a 3), Soria (de dos a uno), y subieron en León (de 12 a 14), Salamanca (de tres a seis) y se mantuvo en Zamora (uno).
El informe recoge también los casos de posible acoso, que en Castilla y León el pasado curso sumaron 662, frente a los 411 del 2021-2022, de los que 48 y 26, respectivamente, corresponden a Palencia. En todas las provincias subieron las cifras.
Los casos de acoso confirmado y de ciberacoso se comunican principalmente en los tres primeros cursos de ESO, según recoge Convivencia escolar en Castilla y León, informe en el que también se hace referencia a que las actuaciones de educación en ciberconvivencia llevadas a cabo por los centros escolares han permitido rebajar las cifras de ciberacoso.
El alumnado que vivió situaciones de acoso o ciberacoso en la comunidad en el curso 2022-2023 fue el 0,02%, lo que supone una disminución respecto al 2021-2022, que fue de 0,04%. El número de protocolos abiertos se incrementó un 51,33%, lo que se interpreta como algo positivo por entender que ha aumentado la sensibilidad hacia esta problemática y una medida preventiva a considerar.
El informe sobre convivencia escolar recoge también que durante el pasado período lectivo el alumnado con incidencias fue el 4,03 % del total de Castilla y León. En cuanto a la distribución del alumnado con incidencias por sexos, aumentó ligeramente el porcentaje de mujeres, aunque la relación se mantiene aproximadamente en siete hombres cada tres féminas.
El 62,28 % de las incidencias recogidas en la aplicación CONV tuvieron que ver con la disrupción escolar, un porcentaje similar al referido en el 2021-2022. Igual ocurre en las referidas a las relaciones entre alumnado y profesorado y los conflictos entre estudiantes, mientras que bajan los porcentajes de las que tuvieron que ver con el destrozo de materiales y robo y de falta extrema de interacción entre iguales.
El programa Sociescuela es una herramienta informática que permite obtener información precisa sobre la estructura relacional del alumnado por grupos de aula, así como la detección de situaciones conflictivas y dinámicas sociales negativas que se producen entre el alumnado (bullying, aislamiento, liderazgos negativos) facilitando la posibilidad de la aplicación temprana de una serie de pautas para su prevención y tratamiento, como pueden ser el aprendizaje cooperativo y dinámicas de trabajo en círculo. El curso pasado utilizaron el programa en la provincia once centros, uno menos que en el 2021-2022.
prevención. Para la Consejería de Educación es una prioridad eliminar el acoso y que los centros sean, cada vez más, lugares seguros para los alumnos. En este sentido, seguirá actuando en la prevención del conflicto, la convivencia positiva y la mediación entre iguales.
El pasado curso se introdujo como novedad el test de detección de dificultades emocionales. La iniciativa permite detectar 16 factores de riesgo referidos a problemas sobre internalización (desesperanza, ansiedad, depresión, autoestima…), externalización (impulsividad, conducta disocial, actitud desafiante), dificultades asociadas a la conducta alimentaria y uso problemático de nuevas tecnologías. Se trata de una prueba anónima que fue muy bien acogida por centros y comisiones provinciales de convivencia.