La Subdelegación de Defensa convocó ayer a los 13 nuevos aspirantes que han obtenido plaza entre un total de 26 presentados para ser soldados de las Fuerzas Armadas en la convocatoria del 31 de enero. El 6 de mayo se incorporarán al centro de formación de tropa correspondiente para afrontar el período de instrucción básica y después el de instrucción de la especialidad. Dos de ellos acudirán al Ejército del Aire y los once restantes al de Tierra. Cuentan con edades entre los 18 y los 26 y la formación militar que recibirán ahora culminará el 13 de julio con la Jura de Bandera. «Aprenderán lo básico y, a partir de ahí, los jóvenes se incorporarán a sus unidades de destino», explicó ayer el subteniente Raúl Santiago, junto al jefe de Órgano de Apoyo de la Subdelegación de Defensa, el comandante Julián Alcalá.
Los ahora alumnos militares han participado previamente en el proceso de selección que tiene dos fases. En la primera es donde aportan sus méritos y hacen un examen psicotécnico en el que obtienen una nota que les permite elegir en función de ella unas plazas concretas de las casi 4.000 que salieron este año.
«Suelen pasar la primera fase dos personas y media por plaza y en la segunda es cuando se llevan a cabo las pruebas físicas, el reconocimiento médico, el test psicológico y la analítica. La mayoría se incorporan como soldados de tropa y luego pueden seguir estudiando y buscar salidas profesionales tras un primer contrato de tres años y, al finalizar, se les propone continuar o no», indicó el subteniente Raúl Santiago.
vocación de servicio. Cristian Morejón, de 26 años, es uno de los aspirantes a soldado con más años, 26, que han superado la primera fase. «Terminé la ESO y me gustaría entrar al Ejército para luego poder optar a la Guardia Civil. Este año lo llevaba bastante preparado frente a otra ocasión en que fui declarado no apto. Aquí vengo a hacer amigos y a servir a la Patria, que para mí es algo muy importante», aseguró.
Por su parte, María Calleja, de 18 años y la más joven del grupo, concretó que siempre le gustó la Policía, pero solo tenía la ESO y buscó la opción militar. «Ahora me incorporo a Infantería, en San Sebastián y, de momento, me gustaría quedarme ahí a ver cómo es al tratarse de una especialidad muy movida», señaló.