Al menos siete personas han muerto, entre ellas una niña de cinco años, por el paso del huracán 'Óscar' en el este de Cuba, donde hay zonas completamente anegadas y aisladas a causa de las inundaciones, según han informado las autoridades de la isla.
Aunque ya se habían identificado hasta el momento a los primeros seis fallecidos, el presidente, Miguel Díaz-Canel ha confirmado que se ha registrado una séptima víctima mortal. "Conocimos la pérdida de una persona más en Imías, por lo que ascienden a siete las víctimas de este fenómeno", ha explicado.
Previamente, los seis fallecidos han sido identificados como Liz Anyi Elías Labañino, de cinco años; Iriannis Labañino Domínguez, de 31 años; Francisco Columbié Matos, de 92 años; Esmerido Noa Fiffe, de 86 años; Antolino Arias Domínguez, de 83 años; y Alexander Savón Matos, de 42. Todos ellos residían en el municipio guantanamero de San Antonio del Sur, según informaciones del diario Venceremos.
Asimismo, el hospital de dicha localidad ha sufrido daños en la infraestructura y pérdidas de material sanitario, mientras que el barrio de la Cultura ha quedado completamente destruido, tal y como indican varios residentes.
EEUU muestra su preocupación
El país sufrió hace cinco días un fuerte apagón que dejó a toda la isla sin luz, si bien la Unión Eléctrica de Cuba, dependiente del Ministerio de Energía y Minas (Minem), informó el martes de que se ha logrado restablecer la conexión en gran parte del país. No obstante, se estima que cerca del 30 por ciento de la isla continúa a oscuras, especialmente en las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, las más afectadas también por el temporal.
El Gobierno estadounidense ha expresado su preocupación por el impacto humanitario de la crisis energética que atraviesa la isla y ha asegurado que está supervisando la situación, tal y como ha aclarado un portavoz del Departamento de Estado a la cadena Martí Noticias.
"Estamos preocupados por los posibles impactos humanitarios en el pueblo cubano. (...)Las condiciones económicas de Cuba, derivadas de la mala gestión a largo plazo de su política económica y sus recursos, han aumentado las dificultades del pueblo", ha aseverado antes de incidir en que Estados Unidos "no tiene la culpa del apagón ni de la situación energética en Cuba", que no ha pedido ayuda a Washington para hacer frente a este colapso del sistema eléctrico.