El 3D representa un antes y un después en la trayectoria artística de Carlos Javier Vielba Seco (Palencia, 1991), alias Morearte, cuyo trabajo forma parte del proyecto de interiorismo diseñado por Juluis para el restaurante Diecinueve, inaugurado hace casi un mes en la calle Mayor. Así, pueden verse siete obras de 90 por 100 centímetros y un mural de casi tres metros. «Ha sido un placer y me hace ilusión mostrar mi obra en la ciudad que nací», afirma, para explicar a renglón seguido que se trata de una propuesta «variopinta», en la que el color tiene «bastante menor protagonismo» que de habitual en sus creaciones. «Son objetos de temática relacionada con la hostelería que destacan en un fondo neutro, y un guiño al Diecinueve en un buen número de obras», señala. «Modelo 3D e iluminación 3D. Artesanal, con pequeños detalles hechos a mano sobre la impresión», añade.
En Palencia vivió hasta los 18 años, que se fue a Londres y el arte y el diseño focalizaron su interés, ya con antecedentes en su alrededor (Fernando Escobar y Óscar Vielba, tío y padre respectivamente). Publicidad, diseño gráfico, motion graphics (grafismo en movimiento), hasta llegar a Morearte, «dedicado fundamentalmente a arte en 3D, mezclado con óleo, acrílico». «El 3D me permite expresar todas las ideas que tengo en la cabeza de una forma realista, que con la pintura me costaba. Puedo hacer físico un pensamiento», afirma. «Lo que amo ahora lo mezclo con lo que amaba antes y el resultado, para mí, es impresionante; estoy muy satisfecho», asevera.
Vielba Seco, que considera que ha evolucionado mucho en cuanto a técnica, piensa que «no es el mismo» que hace ocho años, y es que antes, quizá, era «más crítico, más reivindicativo, iba más contra el mundo»; y, ahora, prima aquello que «sale de mi interior, de mi corazón, de mi cabeza, un concepto que quiero expresar».
residente. Santander es la ciudad donde Morearte vive y trabaja desde hace unos cinco años y medio mientras que en Madrid se ubica la galería de la que es residente, Sara Caso, espacio en el que expondrá en octubre y asunto que es el que ahora le ocupa. En la residencia ve solo «ventajas», y es que «como artista representado, no tienes que dar vueltas, que te pueden llevar a desistir del empeño en dedicarte a mundo del arte», señala.
A Palencia vuelve cada vez que tiene oportunidad porque se confiesa «muy familiar».