Siempre han estado próximos, como lo demuestra la sucesión de grandes escritores-especialmente novelistas-que han dedicado parte de su producción al periodismo en sus distintos géneros. Si nos situamos en el pasado, podemos citar al articulista Larra y sus célebres Artículos de Costumbres, tan críticos con la situación, tanto política como social, de su tiempo. Ya en nuestros días, recordemos a Francisco Umbral y sus inolvidables crónicas tan ácidas y críticas con el franquismo, sorteando la censura de la época con ingenio e inteligencia. Miguel Delibes también sufrió los embates de la censura de la Ley de Prensa de Fraga Iribarne. Cuando un novelista participa en el Periodismo suele adoptar un tono crítico, no solamente con la situación política sino también con las circunstancias sociales de su tiempo. Es cierto que hay una literatura social, pero es indudable que los distintos géneros periodísticos son más adecuados para ejercer la crítica social. Fundamentalmente por su inmediatez y su facilidad para llegar a más público que la obra literaria. Es evidente que tanto el escritor como el periodista necesitan desarrollar su labor con la libertad necesaria para ejercer su tarea crítica sin ningún tipo de censura. En nuestra Democracia, en sus casi cincuenta años de existencia, se ha mantenido el derecho de manifestar libremente opiniones e informaciones en los medios, sin necesitar ninguna Ley de Prensa que coarte la libre expresión. Por eso, hay preocupación y cierta alarma social ante el anuncio que ha hecho el señor Sánchez de promover un plan de regeneración democrática; dice que para erradicar los bulos y el fango en los servicios informativos. Las noticias que han circulado sobre su esposa y su hermano han sido el detonante de esta intencionalidad liberticida con los periodistas. En vista de las numerosas derrotas parlamentarias que viene cosechando, no parece viable el éxito del programa de censura con que nos amenaza, pero el anuncio de semejante plan expresa, una vez más-ya lo intentó con el Poder Judicial-su evidente tendencia autocrática.