La Organización Meteorológica Mundial (OMM) lanzó ayer una «alerta roja» ante el «vertiginoso ritmo» al que avanza el cambio climático con su informe sobre el Estado del Clima en 2024, que fue publicado durante el primer día de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) que comenzó en Bakú (Azerbaiyán). Una cita en la que casi 200 países afrontan las amenazas del cambio climático y la urgencia de encarar dos grandes retos: aumentar la financiación climática y rebajar las emisiones.
De hecho, la cumbre climática COP29 echó a andar ayer con una llamada al mundo para elevar la meta de financiación climática, porque «vamos de camino a la ruina» del planeta, advirtió en la inauguración el presidente de la conferencia mundial, Mukhtar Babayev.
Esta gran cita mundial se celebra en la capital de Azerbaiyán hasta el 22 de noviembre, con la presencia de líderes de todo el mundo, entre ellos el español Pedro Sánchez, para intentar aumentar la financiación contra la crisis climática, entre los principales retos. No obstante, hay también ausencias importantes, pues ni el presidente norteamericano, Joe Biden, ni el líder ruso, Vladimir Putin, estarán allí.
No se trata esta crisis de un problema futuro sino presente, aseguró el presidente de la COP29. A su juicio, las evidencias lo demuestran: desde las recientes inundaciones en España, hasta los incendios forestales en Australia o la subida de las aguas de los océanos.
Los líderes insistieron en esta jornada de apertura en la necesidad de la cooperación mundial para hacer un mundo más verde y mitigar el calentamiento global.
Todos recalcaron la necesidad de aumentar la financiación y dotar de mayores herramientas a los países para mejorar la mitigación de emisiones y la adaptación a los embates cada vez más catastróficos del clima.
«Es el momento de la verdad; no va a ser fácil, esta cumbre será una oportunidad para el desarrollo; podemos definir el punto pero todos tienen que cruzarlo», recalcó el responsable de la COP29.
En un tono contundente, añadió que si no se pone freno al problema «nos llevará a un calentamiento de tres grados» del planeta, lo que provocaría una situación «catastrófica» para millones de personas.
El plan de actuación que se esbozará en este cónclave debe basarse en «aumentar la ambición y posibilitar la acción», con planes climáticos claros y con la financiación necesaria, indicó Babayev.
Previamente el presidente de la anterior cumbre climática, la COP 28 de Dubai, el sultán Ahmed Al-Jaber, insistió también en el reto de la financiación para que sea más fácil disponer de ella.
Para terminar, el secretario ejecutivo de la ONU para el cambio climático, Simon Stiell, instó a acordar una nueva meta de financiación mundial para la lucha contra el cambio meteorológico porque «ningún país es inmune» al calentamiento global.
Destacó los «pasos históricos» de los últimos años para mitigar el problema y apeló a la responsabilidad de todos los países para evitar abandonar Bakú «sin un resultado sustancial».
«Si al menos dos terceras partes de los países del mundo no reducen rápidamente las emisiones, el conjunto de las naciones pagará un coste brutal por ello», ha advertido el dirigente de la ONU.
En este sentido, advirtió que si el mundo es capaz de dotar de resiliencia a las cadenas de suministro, «toda la economía mundial se pondrá de rodillas» ante una progresiva subida de las temperaturas.
«Dejemos de lado la idea de que la financiación de la lucha contra el cambio climático es caridad», porque «una nueva y ambiciosa meta financiera beneficia a todos los países, incluidos los más grandes y ricos», concluyó Stiell.