Como cada año, la Academia Castellana y Leonesa de Gastronomía dio a conocer sus máximos galardones de los Premios Castilla y León de Gastronomía. En esta novena edición, la entrega tendrá lugar el 26 de febrero en el recién inaugurado Espacio Santa Clara de Soria, un moderno centro cultural resultado de la rehabilitación de un antiguo convento del siglo XIII del barrio de El Calaverón.
Representantes del mundo cultural, con la gastronomía a la cabeza, de las instituciones y de distintas facetas de la sociedad castellano y leonesa se darán cita ese día para rendir homenaje a los premiados.
El jurado profesional que ha elegido a los galardonados ha estado compuesto por profesionales del ámbito de la gastronomía y la comunicación además de los académicos pertenecientes a la Academia Castellana y Leonesa de Gastronomía de las diferentes provincias. Dentro de la palentina, el restaurante Los Palmeros de Frómista en la categoría de mejor restaurante tradicional y los Socorritos de Cervera de Pisuerga en la de mejor producto han sido los premiados.
Los Socorritos de Palencia o «lazos al glas», como también se conoce a estos exquisitos hojaldres artesanos, tienen una historia que supera los 30 años. Este dulce comienza a elaborarse en un pequeño obrador de la familia de Socorro, vecina del pueblo de Cervera de Pisuerga. Raquel, una de las hijas de la familia, que ingresa como monja en el convento cisterciense de Nuestra Señora de la Asunción de San Andrés del Arroyo, decide llevar consigo todo el material necesario para continuar con la elaboración del dulce, con lo que comienza a enseñar al resto de las Hermanas el secreto de su elaboración. Pasado unos años, decide abandonar el convento y volver a su antigua vida en Cervera. Es en este momento cuando surge la idea entre la familia de crear una pequeña fábrica dedicada a la venta del dulce. El nombre de Socorritos debe honor a Socorro, madre de Raquel. Elaborados con harina de trigo, huevos, mantequilla, azúcar glas y sal, tienen forma de pajarita y son muy delicados al paladar, pues su hojaldre de mantequilla se deshace en finísimas capas. Van envueltos en una fina sábana de azúcar glas que les da su aspecto característico.
Con más de cinco décadas de historia, Los Palmeros destaca por su cocina tradicional renovada, utilizando los mejores productos de cada temporada. Este restaurante, con raíces que datan del siglo X al XV como un antiguo hospital de peregrinos del Camino de Santiago, se reconvirtió en 1968. La familia Rayón Gómez lo gestiona desde 1978.
Desde entonces, ha realizado diferentes reformas, pero manteniendo su identidad con el objetivo de mejorar la experiencia gastronómica. Ubicado entre los Picos de Europa y las llanuras de Tierra de Campos, es una parada obligada en las rutas al norte de la península y del Camino de Santiago, acogiendo a viajeros, turistas y peregrinos desde sus inicios.
Destaca por trabajar excepcionalmente las mejores materias primas de cercanía, ofreciendo una carta de alta calidad.