El Cristo urge la limpieza del cerro y su entorno

Julia Rodríguez
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La asociación de vecinos explica que el barrio «solo se adecenta para las fiestas y el resto del año está abandonado»

El Cristo urge la limpieza del cerro y su entorno - Foto: Alejandro Ramos

El Cristo, el emblemático barrio de la capital, requiere que se realice una limpieza en profundidad de los alrededores del cerro del Otero y de las zonas verdes. «Todos los años pedimos las mismas cosas y nunca se hacen, parece que solo se acuerdan de nosotros en las fiestas, que es cuando se adecenta todo», explica el presidente de la asociación de vecinos, Pedro Arenillas.

A pesar de ello, Arenillas subraya que «a nivel general, la limpieza del barrio ha mejorado desde que ha entrado la nueva empresa».
Las zonas más problemáticas son las que se encuentran en el entorno del cerro del Otero. En la calle del Buen Pastor, la parte trasera del campo de fútbol, «sigue habiendo restos de una escombrera ilegal con muebles, sofás y, sobre todo,  basura. Ahí es donde se produce la mayoría de los incendios de la zona a pequeña escala». «Además, está lleno de cristales y es peligroso porque suele haber niños y se pueden cortar», comenta Arenillas.

También tienen problemas de incendios en la parte del cerro del Otero. «Cada quince o veinte días se produce un fuego porque está lleno de hierbas altas y secas; llega un momento que ya no sabemos si se prende de alguna manera o es intencionado». «Por ello pensamos que deberían de limpiarlo y segar todas las hierbas y cardos, porque siempre está todo ennegrecido y nunca llega a estar decente», subraya el presidente vecinal.

Otro problema importante es el que tienen con el solar que se encuentra en la calle Batalla de Tamarón, en frente del antiguo instituto Angélicas de San Pablo. «Está lleno de hierbajos altísimos, con una proliferación de ratas y cucarachas. El Ayuntamiento no quiere meterse porque no se sabe de quién es la parcela y no es terreno municipal, pero ya está afectando al barrio porque por la noche no se puede ni andar sin mirar al suelo porque pisas las cucarachas y las ratas son como balones de fútbol», añade con preocupación Arenillas.

Iluminación. En la recta de la calle Camino de Santa Eufemia han tenido durante el verano bastantes apagones. «Es una avenida que no tiene apenas iluminación; de vez en cuando las farolas no funcionan y hay zonas que solo están en un lado de la calle. Además, hemos tenido bastantes apagones durante el verano que dejaban al barrio entero sin luz. Nos pasa un poco lo mismo en la zona de las canchas, muchos vecinos no pasan por allí porque tienen miedo, realmente no se ve nada», aclara.

Además, necesitan que arreglen un poco las calles porque «el tema de acerado y asfaltado sigue igual y  no han arreglado las aceras que están rotas ni nos han puesto el badén disuasorio que pedimos en el paseo del Otero, porque la gente va muy rápido y cualquier día vamos a tener un disgusto» concluye.

 

El árbol de la calle Fulgencio García preocupa a los vecinos

Aunque se han enumerado las zonas más problemáticas, todavía hay más revindicaciones en el barrio de El Cristo.

Los vecinos de la calle de Fulgencio García están preocupados por el estado en el que se encuentra un árbol que deja la acera completamente inhabilitada y no les permite pasar.

El presidente de la asociación, Pedro Arenillas, se muestra preocupado. «Entre las ramas de los árboles pasan los cables de la luz, y como algún día pegue un petardazo se puede armar buena porque dentro debe de haber paja y hierbas secas. Ya no solo es que los vecinos no pueden pasar por la acera sino que se produzca un incendio o que quede todo el barrio sin luz», explica angustiado Arenillas.

En el Ayuntamiento no atiende sus reclamaciones. «Dicen que es una propiedad privada y que no pueden hacer nada, pero es que ya está afectando a la calle y los vecinos», comenta. También necesitan que poden y adecenten la mayor parte de los jardines y aunque los parques están bastante bien, porque algunos les han arreglado hace poco y están nuevos, deberían poner alguna fuente, sobre todo en el Juan Mena. «Los niños están allí sobre todo en verano y no hay agua. Algunas de las que tenemos no funcionan», concluye el presidente vecinal.