Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


Vaiana 2

27/12/2024

Podría adornar más el asunto, pero Meditaciones de Marco Aurelio me dejó muy tocado. No es que la temática fuera original y no hubiese sido tratada extensamente con anterioridad; múltiples santos han incidido en nuestra presencia temporal.

Lo impactante es que fuera un emperador romano el que hubiera invertido su tiempo en reflexionar sobre nuestra condición caduca. Me gustaría pensar que fue un padre cruel y despiadado (no por fomentar el patriarcado despótico) sino para mitigar la fuerza de sus enseñanzas. Rara vez te encuentras a alguien con éxito social terrenal donde la humildad y su condición transitoria les haga modular su ego. No quiero decir que los socialmente exitosos sean egocéntricos, vanidosos o superficiales; solo que su mochila es más pesada que la nuestra. Es como aquellos que consiguen que su apariencia externa sea espectacular, aunque salvo Cary Grant o Lauren Bacall la inmensa mayoría de las personas envejecen mal. Si son inteligentes les importará un pimiento, pero empieza a ser excepcional.

No sé qué nos preocupa más. Nuestra decadente vejez o enfrentarnos al final del viaje con poco aportado. Me gustaría ser uno de esos cuyos talentos le permiten sufrir a uno la ignominia de la indolencia, pero me temo que es más realista aceptar las limitaciones propias. No quiero decir que haya que ser complaciente con nuestros defectos, pero es práctico no ser ambicioso con respecto a nuestro potencial personal.

Por lo dicho anteriormente, es obvio que pienso que esta etapa es finita. En este aspecto, no he encontrado a nadie que pueda contradecir mis sabias palabras. Después de tantos siglos es innegable que somos mortales. Lo que está en cuestión es que haya algo después o que merezca la pena el dolor soportado defendiendo esa respuesta trascendental.

Mi impresión es que hay mucho mito sobre el daño generado por defensores de una visión sobrenatural. La historia parece indicar que morían silenciosamente o como máximo con una sonrisa en la cara. Viendo las ganas que pusieron los romanos, es cierto que los primeros cristianos eran un poco irritantes.

En la actualidad, el mensaje no es que los católicos no tengan relato. Más bien, se piensa que es inviable su aplicación práctica. Es totalmente cierto. Sin ayuda externa no vamos ni a la esquina. Cualquiera que piense lo contrario es prepotente o ingenuo. Jesucristo no habló de lo que podíamos hacer, sino de lo que podríamos llegar hacer con ayuda. Dedicaría un pensamiento a la idea.