Freno al tabaco. Esa parece que es la consiga de la nueva ministra de Sanidad, Mónica García, contra este hábito, con el objetivo de que fumar y vapear se convierta en una imagen cada vez más residual en los espacios públicos.
Para ello, el departamento de la titular de Sumar llevará mañana a la Comisión de Salud Pública su plan antitabaco que propone prohibir fumar y vapear en «determinados espacios comunitarios y sociales al aire libre» y en otros privados en presencia de menores, así como aumentar su precio.
La intención de Mónica García es «seguir incrementando estos espacios libres de emisiones y así conseguir que una persona no fumadora pueda desempeñar su día a día sin verse expuesta», tal y como argumenta en el borrador del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo (PIT) 2024-2027.
Se trata de un texto en el que han participado sociedades científicas y entidades relacionadas con el ámbito del tabaquismo y que aún debe ser sometido a juicio de los directores generales de Salud Pública, pero en él Sanidad deja clara su apuesta por reducir la prevalencia de consumo de tabaco y avanzar en actuaciones «frente al desafío de los productos emergentes».
Compuesto por cinco metas y 22 objetivos, el documento recuerda que gran parte de las medidas deberán materializarse en una reforma de la actual ley antitabaco que «el Gobierno se ha comprometido a llevar a cabo en la presente legislatura».
En este sentido, el documento rescata en buena parte el plan anterior que se culminó hace casi dos años pero que nunca llegó a aprobarse, proponiendo aumentar los espacios públicos sin humo. De hecho, Sanidad ya apuntó hace unos meses que ese veto iría dirigido a lugares como las terrazas de los locales de hostelería o las marquesinas de transporte público.
Además del tabaco convencional, el plan incide en que el objetivo no es solo contar con espacios libres de humo de tabaco, sino también de los aerosoles de cigarrillos electrónicos y productos relacionados con ellos.
«El objetivo de estos productos es intentar hacer un lavado de cara del consumo de nicotina», y resultan «especialmente» atractivos para la juventud al dar «una imagen más tecnológica y transmitir la sensación de que disminuyen el riesgo para la salud».
Por ello, el programa propone «equiparar su promoción y publicidad a la de las formas de consumo más tradicionales» y regular la venta y consumo tanto de los dispositivos que utilicen líquidos, cartuchos o recambios con nicotina como los que no, ya que son estos últimos «la puerta de entrada al consumo de tabaco y la adicción posterior».
Junto a cigarrillos electrónicos y vapeadores, el documento recoge como nueva forma de consumo las pipas de agua, shishas o cachimbas, cuyo uso se produce fundamentalmente en entornos de ocio.
Proteger a los niños
Otro de los puntos en los que el Ministerio insiste es en la presencia de humo en los espacios privados cuando haya menores. Especialmente, uno de los fines del plan es el de reducir la prevalencia del tabaco y productos relacionados y de la exposición ambiental a sus emisiones.
En este punto propone «hacer hincapié en la concienciación sobre fumar en espacios privados cuando se convive con alguien más (tanto en el hogar, en el coche o en otros espacios comunes) y en concreto en el caso de niños y personas con problemas de salud».
Fuentes conocedoras del documento aseguran que, pese a que la voluntad del actual departamento que dirige Mónica García es que este veto afecte a los coches privados, los técnicos no saben si finalmente este asunto se podrá encajar en la legislación pertinente.
El documento también insiste en la necesidad de tratar al tabaquismo como una enfermedad crónica. Aunque por lo general son los médicos de Atención Primaria los que se encargan de ayudar a sus pacientes a que dejen de fumar, el plan de Sanidad pasa por que el ámbito hospitalario se implique igual en esta causa. Además, se modificarán los criterios de inclusión de fumadores en los programas de medicamentos financiados por la Seguridad Social y se buscará incorporar más fármacos que sean efectivos contra la adicción al tabaco a la cartera básica de prestaciones.