La Feria del Pan de Grijota es un evento señalado en rojo por muchos palentinos y ayer la plaza Mayor de la localidad del alfoz se volvió a quedar pequeña. «Ha sido un éxito, como el año anterior.Cada edición está creciendo en asistentes. No nos cabe la gente en el pueblo», aseguró el alcalde, Jesús Tapia. Además, destacó la buena acogida que tuvieron las primeras actividades tradicionales complementarias que se desarrollaron en la tarde del sábado y la muestra alimentaria local de laDiputación, que tuvo lugar en la mañana de ayer de forma paralela al mercado panadero.
Seis panaderos (Oviedo,El Alar, La Peregrina, Plaza,Salazar y SanFrancisco) tomaron parte en la décima cuarta edición del certamen comercial, a los que se sumaron 19 productores del club Alimentos de Palencia y algún vendedor ambulante más que no quiso perderse una cita que el Ayuntamiento grijotano seguirá reforzando para que no pierda interés y siga siendo el punto de encuentro de todos los amantes del pan.
Por ello, de cara a 2025, el Consistorio está analizando la posiblidad de ampliar el recinto ferial y de reforzar la programación, que comenzaría a primera hora del sábado. Eso sí, el regidor confirmó que la seña de identidad del certamen seguirá siendo la difusión de la vinculación de la villa con el pan, que comenzó siglos atrás, según recordó Tapia. «El catastro del marqués de laEnsenada cifró 83 panaderos enGrijota y con el Canal de Castilla se instalaron siete harineras y se multiplicó la producción de pan, harina y pastas», aseguró.
UN FIJO DE LA FERIA. El público paseó entre puestos con un buen aspecto y un mejor sabor. En uno de ellos estaba Alejandro del Campo, de El Alar, quien afirmó que no han fallado«nunca». De hecho, aseguró que el próximo año también acudirá a un certamen que «busca la tradición y la calidad del pan» y que tiene unos visitantes que reclaman «todo tipo de panes porque hacemos muchas variedades, aunque piden más aquellos de calidad, de masa madre y que sean distintos a los que están acostumbrados a comer».
Con tanta oferta (tanto de panaderos como de los productores del club provincial) era díficil que los visitantes no se llevaran, al menos, un manjar para degustar en su casa. Probablemente, lo que más abundaba en la plaza Mayor de Grijota era la calidad de los alimentos. Una de las personas que probó una de las barras a la venta fue Pilar Sestelo, quien destacó, además, que la feria «da vida, alegría y ambiente al pueblo».