El bajista Carles Benavent, junto con Antonio Serrano, Tino Di Geraldo y Antonio Sanchéz, darán un concierto tributo a Paco de Lucía por el décimo aniversario de su fallecimiento. Tendrá lugar este sábado, a las 20,30 horas, en el Teatro Ortega, y cerrará la programación del Festival de Jazz de este año en la capital.
¿Cómo comenzó su gusto por la música y cómo decidió dedicarse a ello?
Mi interés por la música empezó cuando tenía unos trece o catorce años. Empecé con la guitarra y me junté con un amigo del colegio para formar mi primer grupo. Tocábamos blues, y fue a esa edad, cuando tenía catorce o quince años, en la que descubrí que quería dedicarme a la música. Aunque al principio mi interés era tocar la guitarra, pronto me di cuenta de que el bajo sería más fácil y pude adquirir uno. Lo curioso es que, aunque este instrumento no existía como tal en los conservatorios de la época, yo me sentía atraído por él de una manera diferente. Esto sucedió a finales de los años 60, principios de los 70.
¿Qué grupos o proyectos marcaron un hito en tu carrera?
Uno de los primeros grupos en los que estuve fue Crack, donde tocábamos blues. Luego formé parte de Máquina, que se enfocaba en música progresiva. Después, me uní a un proyecto más serio, Música Urbana. Durante esos años, me sentí motivado para perfeccionar mi técnica en el bajo, y fue crucial para mi desarrollo profesional.
¿Qué significa el poder formar parte de este tributo?
Es algo muy emotivo para mí, porque estuve con Paco más de veinte años. No venía del flamenco, pero cuando tuve la oportunidad de trabajar con él, fue como una revelación. Era un reto para mí, pero Paco tenía una manera única de transmitir la seguridad que necesitaba para poder dar lo mejor de mí mismo. Cuando comencé a tocar con él, me di cuenta de que había un camino fascinante por recorrer y algo grande por aprender. Este tributo es una manera de rendir homenaje a todo lo que aprendí y viví junto a él.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Paco de Lucía?
Fue una experiencia única. Cuando me senté a su lado por primera vez, supe que estaba en el camino correcto. Él tenía una visión muy clara de lo que quería transmitir. Para mí, estar al lado de un genio como Paco fue fundamental para mi desarrollo. A veces me preguntaban por qué no me quedé en Estados Unidos después de estar allí con otros músicos como Chick Corea, pero mi respuesta siempre era la misma: el camino con Paco todavía no había terminado. Aprendí tanto que mi ruta siempre fue de su mano, alternando con otros proyectos.
¿Cómo consiguieron fusionar el flamenco con el jazz?
La fusión siempre fue algo natural para nosotros. En mi caso, venía de un background musical diverso, con influencias del jazz, pero el flamenco siempre fue mi raíz. Con Paco, nunca fue cuestión de hacer una fórmula; simplemente estábamos tocando juntos, buscando qué sonidos podrían fusionarse y cómo podrían complementarse el bajo eléctrico y la guitarra flamenca. Fue algo orgánico. El resultado final era un crisol de estilos que, aunque no pretendíamos que fuera una mezcla conceptual, se convirtió en algo realmente especial.
¿Cree que la influencia de Paco de Lucía sigue vigente en las nuevas generaciones?
Sin duda. Siempre encuentro a músicos jóvenes que me dicen que crecieron escuchando su música. Es impresionante cómo la influencia de Paco sigue viva, no solo en los músicos que lo escucharon en su época, sino en las generaciones más jóvenes. Es un legado que sigue creciendo, porque la emoción que transmitía sigue estando presente.
¿Qué significa para él compartir escenario con Antonio Serrano, Tino Di Geraldo y Antonio Sánchez?
Ya hemos tocado juntos varias veces, y siempre es un placer. Todos tenemos un vínculo profundo con Paco, y es hermoso poder reunirnos para rendirle homenaje. Aunque cada uno tiene sus propios proyectos, la música de Paco siempre está presente en lo que hacemos. Cuando subimos al escenario juntos, se crea una conexión muy especial, y eso se transmite al público. Es como si siguiera siendo parte de nosotros.
¿Qué puede esperar el público palentino de este homenaje?
Lo que siempre Paco nos enseñó: emoción. El público puede esperar una experiencia muy emotiva, porque cuando tocamos los temas de Paco, no es solo un tributo, sino una forma de transmitir lo que él nos enseñó: tocar con el corazón. Cada acorde, cada nota, estará llena de esa emoción que él nos transmitió. Será una noche especial para todos.