"El país está dividido en 17 y esto, en Sanidad, no puede ser"

María Albilla (SPC)
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"El país está dividido en 17 y esto, en Sanidad, no puede ser"

¿Cuántas veces ha acudido a la farmacia porque quiere algo para el dolor de cabeza? ¿Cuántas ha pedido al boticario que le adelante su medicación crónica antes de ir al médico a por la receta porque se ha retrasado la cita? Los farmacéuticos son muchas veces la puerta de entrada al sistema sanitario. Dan consejos, interpretan síntomas, ayudan a organizar la medicación crónica e incluso animan a que se cumpla con ella. Los farmacéuticos informan, divulgan y trabajan sobre la prevención de enfermedades; los farmacéuticos ayudan a curar, a veces, hasta el alma... Y por eso Jesús Aguirre, el presidente del Consejo General de Colegios, quiere poner en valor todas estas facetas y ofrecérselas a un sistema sanitario que podría sacar mucho más de este colectivo que, sobre todo, tiene ganas de trabajar.

La pregunta casi es obligada. Está echando a andar la legislatura, ¿cuáles son las principales demandas del sector? 

Partimos de una situación de tanta inestabilidad política que los puntos en los que queremos trabajar ya se los hemos comentado a los anteriores ministros. Yo llevo ocho años como presidente del Consejo y nueve ministros... Nuestras demandas no cambian ahora, pero es muy complicado avanzar. La pandemia marcó un antes y un después, nuestras fortalezas y debilidades, y ahora debería ser el momento de aprovechar estas lecciones. 

¿Y cuál ha sido ese aprendizaje?

Las farmacias han tenido un papel fundamental en la pandemia y, de ahí, las demandas de los farmacéuticos. Hemos sido más asistenciales, más sociales y más digitales. Hemos sido profesionales sanitarios que siempre hemos estado ahí, la luz verde no se apagó nunca.

Nosotros ofrecemos a la Administración ayuda a través de nuestra red de farmacias, que es la más importante de Europa con 22.200 oficinas. En muchas ocasiones, el farmacéutico se ha convertido en el único sanitario que queda en un lugar y ahí es donde se enmarcan todas nuestras demandas.

Nuestra profesión está muy regulada. Por una parte tenemos la obligación por ley de dispensar, custodiar y conservar los medicamentos, pero también estamos implicados en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. Pues bien, estas dos últimas no están bien desarrolladas y aspiramos a tener un marco jurídico estable en el que se incluyan estas actividades y que no dependan de la voluntad del farmacéutico o de que una Comunidad Autónoma quiera o no llevarlas a cabo.

Es el momento de la atención al ciudadano, de cubrir muchas necesidades por la cronificación de las enfermedades"

¿Entonces, es por ahí por donde pasaría el futuro?

Esta profesión tiene 800 años de Historia. Ya no estamos en el momento de la formulación, ni en el que la industria comenzó a poner en marcha las grandes producciones. Estamos en el momento de la atención al ciudadano, de cubrir muchas necesidades derivadas de la cronificación de las enfermedades a causa del envejecimiento. Y esos pacientes necesitan nuestro acompañamiento.

Sobre el papel, tiene todo el sentido, pero ¿por qué no cuaja si, además, ahora el sistema sanitario se tambalea, sobre todo en ese pilar que es la Primaria?

Porque nosotros somos la parte concertada. Es como los colegios concertados y públicos de los niños en los que todo es igual, pero todo es distinto. A esta parte concertada hay que darla paso y más ante una situación complicada en la Atención Primaria. Ahí es donde los farmacéuticos creemos que tenemos un papel muy importante para ayudar al médico en temas clave como las adherencias o el seguimiento farmacológico.

De hecho, muchas veces la farmacia también funciona como puerta de entrada al sistema sanitario.

Eso, casi siempre. Y eso es lo que pensamos que las administraciones deberían compartir cada día más. Le pongo un ejemplo. Una de las regiones que más vacunó de gripe en 2022 fue Castilla y León porque en todas las fichas de la receta electrónica de todos los ciudadanos se había puesto qué personas necesitaban vacunarse. Entonces, cuando este paciente iba a la farmacia y veíamos que todavía no lo había hecho le recordábamos 'oiga, que usted tiene este asunto pendiente...'. Esa colaboración hizo que se incrementara la tasa de protección en la comunidad.

También en esta región hay una red de farmacovigilacia que ha detectado más de seiscientos y pico casos de interacciones de medicamentos. O, esa misma red, consiguió que en la pandemia se volviera a revacunar a ciertas personas porque se detectó la necesidad a través de ese sistema. Esto es lo que ofrecemos y lo que pedimos.

¿Ha contactado ya con la ministra de Sanidad, Mónica García?

Bueno, ya nos hemos saludado, que es mucho.

¿Hay que empezar siempre de cero con los ministros?

El problema no son los ministros, es la administración porque, igual que el ministro, cambia el equipo. Entonces tienes que volver a contar todo tu proyecto y cada uno tiene su opinión, sus tiempos... Y otra vez hay que empezar. Da mucha pereza.

Y luego hay otra cosa, que este país está dividido en otros 17 países y nosotros creemos que esto, en Sanidad, no puede ser. La prestación farmacéutica no puede depender del código postal en el que vivas. Habría que llegar a un pacto de Estado, aunque se ha dicho tantas veces... El caso es que estamos en un sistema político en el que se piensa tan a corto plazo que no se sientan las bases para el futuro de nada.

El año pasado lograron firmar con la entonces ministra Carolina Darias un protocolo importante para el desarrollo de la farmacia rural, que era una demanda de los profesionales de este ámbito. ¿Se puede hacer un balance sobre el impacto de este?

Firmamos el protocolo, al poco se disolvieron las Cortes y... estamos volviendo ahora... Así que habrá que ir viendo todavía.

Tenemos un papel muy importante para ayudar al médico en temas como las adherencias o seguimientos farmacológicos "

Dos de cada tres oficinas de farmacia están fuera de las capitales de provincia. ¿Cuáles son las necesidades específicas de este colectivo?

ISGlobal ha hecho un estudio en el que asevera que en los pueblos donde hay farmacia se consigue fijar población y esto nos parece importantísimo. Si tú unes a la despoblación políticas lógicas de disminución de costes en los medicamentos, haces que haya farmacias que sean inviables. Por eso se necesita el protocolo del que hablábamos y que el farmacéutico pueda hacer más funciones de las que establece la propia ley. Estos profesionales tienen una carga importante en lo asistencial, pero también dan charlas en los municipios y forman a los ciudadanos respecto a hábitos saludables, protocolos contra la violencia de género, etc.

La semana pasada el metamizol estuvo en boca de todos por los problemas que causa en pacientes británicos en España. Finalmente, Sanidad revisó la literatura científica y validó su uso, como ya sucedió en 2018. ¿Por qué lo que es bueno para nosotros no lo es en otros 40 países?

Es una cuestión genética. No todas las sociedades tienen el mismo comportamiento respecto a los mismos fármacos. Esto es así. Y luego porque hay una diferencia importante entre poder hacer un seguimiento a un paciente o no. 

En España tenemos un sistema sanitario muy potente, aunque tenga sus fisuras, que sigue mucho a sus pacientes, por lo que no nos afectan tanto estos problemas. Desde el punto de vista técnico y Sanitario, la Agencia del Medicamento decidió lo correcto. Si hay británicos que vienen de su país con receta, la tienes que dispensar, pero ahí pierdes el control. Los medicamentos son drogas, no son bienes de consumo, y hay que entenderlo de esa manera.

Hablando del abuso de ciertos medicamentos, ¿estamos demasiado enganchados a la benzodiacepina?

Estos son medicamentos con receta, así que se dispensa lo que se estipula previamente en la consulta. Las farmacias están teniendo mucha presión a costa del mal funcionamiento de la Atención Primaria y es habitual escuchar un 'dame esto que es lo que tomo habitualemente...'. Nosotros trabajamos mucho para que esto no suceda. Prescripciones es verdad que hay más, sobre todo desde la pandemia, pero se debe a temas médicos.

¿La creación de un historial clínico y farmacéutico único ayudaría en casos de abuso?    

Este es uno de nuestros proyectos. En este país tenemos la receta electrónica pública y ahora tenemos también la privada. Esto es muy importante porque somos muy peculiares en cuanto a lo que le contamos al médico. Luego resulta que vamos a la farmacia con otra canción y nosotros nos damos cuenta de que hay interacciones que solo pueden venir de una mala información. Eso es otra de las cosas que pedimos, que podamos anotar posibles anomalías que lleguen al médico y que la información sea bidireccional.

La falta de suministro de medicamentos ha alcanzado este año el millar de referencias. Esta cifra supone un crecimiento casi del doble respecto al pasado y supone la cronificación de la situación. ¿Es una cuestión de materias primas o falta de interés de la industria por su producción? 

Como farmacéuticos, hace ya más de 10 años que venimos denunciando que esta situación va en aumento, pero la industria nos decía que esto no era problema suyo; la administración, que tampoco; la distribución farmacéutica, tampoco... Entonces montamos un sistema por el que más de 10.000 boticas cada noche remiten las faltas de medicamentos, de forma que conocemos cada mañana la situación de los medicamentos en falta de suministro y el problema se puede ir paliando, pero no se arregla.

Cada vez más, la industria ha decidido unificar mucho más los productos en las mismas fábricas. Por ejemplo, cuando yo empecé a trabajar en GlaxoSmithKline, en Aranda de Duero (Burgos), el 99 por ciento de lo que se hacía allí era para el mercado español. Dos décadas después, cuando me fui, el uno por ciento de lo que se hacía allí era para el mercado español. En Europa se han centralizado mucho las producciones y cada vez que hay un problema afecta a un montón de países. Segundo problema, que en Europa hemos dejado en manos de China y la India la fabricación de principios activos. Y, encima, en España tenemos otro problema, que el precio de los medicamentos es probablemente el más bajo de todo su entorno...

Estamos ante una realidad política en la que solo se piensa a corto plazo"

Y entonces se prefiere vender a otros estados... 

¡Eso lo has dicho tú!

Veremos qué pasa ahora con el precio de los antibióticos. ¿Sabías que han subido un 40 por ciento? Estaban a pérdidas y los laboratorios los han subido.

Hablando de antibióticos, los datos dicen que el 33 por ciento de la región europea de la OMS los consume sin prescripción. ¿Cómo es posible?

Ese porcentaje es muy bajo respecto a hace unos años, aunque hay que seguir reduciéndolo. Cada vez hay más concienciación con la prescripción, la dispensación y el cumplimiento de estos tratamientos.

Volviendo a la escasez, Ozempic ha sido la estrella este año. 

Quiero destacar que Ozempic solo se dispensa con receta médica, pero sí, este medicamento salió en su ficha técnica para tratar la diabetes, pero ha tenido un buen efecto en los tratamientos para la obesidad. La suma de esos dos ha hecho que esté en falta de suministro de manera permanente. 

¿Qué medidas serían interesantes desde el punto de vista administrativo para atraer a la industria a España?

Hay que hacer más apuesta por las plantas, que han desaparecido muchas, y por modelos más estables.

En lo económico, ¿qué volumen de negocio mueven las farmacias?

El 80 por ciento de nuestro trabajo está enfocado al sistema público y la factura es de 12.500 millones. Lo divides entre 22.200 farmacias y eso es lo que te da el volumen.

Hemos dejado en manos de China y la India la fabricación de principios activos"

En febrero se celebra en Valencia el Congreso Nacional en el que van a premiar la labor divulgadora de los farmacéuticos influencers. ¿Es posible el rigor en las redes?

Sí, sí. Aunque nosotros hemos tenido que llegar a hacer temas de antibulos porque a veces la gente dice cada cosa... Cada vez estamos usando más las redes, Youtube, para facilitar información sobre diferentes tipos de medicamentos porque lo que queremos es que la gente se informe en estos sitios. Quiero decir, redes sociales, sí; pero cuidado con qué tipo de perfiles.

¿Cómo están las vocaciones en el sector de la farmacia?

Después de la pandemia han vuelto a subir, aunque nunca hemos estado bajos. Tenemos tantos farmacéuticos como Alemania y Francia juntos. Claro, a los que más conocemos es a los que nos dispensan los medicamentos, pero hay en la industria, en la distribución, en hospitales, en Atención Primaria... En esta profesión no tenemos paro.