«El Pozo Calero es un referente de la minería del carbón. No solo por su importancia productiva o por la peligrosidad del mismo, sino por lo que representa para todo un pueblo y para su historia». Con estas palabras se refiere el alcalde de Barruelo de Santullán, Cristian Delgado, a esta más que centenaria explotación que inició su andadura allá por el año 1911 convertido ahora en el principal reclamo del patrimonio industrial vinculado a esta actividad productiva en la Montaña Palentina.
En este contexto, el Calero avanza ahora hacia su tramitación como Bien de Interés Cultural (BIC) en la Junta de Castilla y León, donde han comenzado a estudiar el expediente presentado en 2019 por el Ayuntamiento norteño. Como punta de partida, esta misma semana se desplazó hasta la villa personal de la administración autonómica de cara a realizar los informes pertinentes necesarios ante la incoación de un expediente.
Fue el propio regidor quien guió a los técnicos en la visita al lugar, donde insistió que «aunque sigue en manos privadas, debemos proteger para que no se pierda». «Estamos realizando todos los pasos necesarios, primero para protegerlo, y más adelante para que vuelva a su legítimo propietario que es el municipio», subrayó.
El Pozo Calero de Barruelo avanza en su tramitación como BIC EN LA CULTURA POPULAR
El Calero aceleró la transformación del Valle de San Juan, y el original castillete de sillería de 14 metros y el resto de edificios en ladrillo caravista con piedra arenisca de Quintanilla en las esquinas se convirtieron en el símbolo que marcó la entrada de parte de la civilización en la zona. El interior del pozo, revestido en ladrillo y círculos de hierro, se dividía en varios niveles cuya numeración permanecerá en la memoria de los mineros: el 80, el 130, el 230, el 280 y el 330. El nivel 80, que comunicaba el embarque con la galería del Porvenir, se utilizó para sacar la producción directamente a la zona de los lavaderos, en el cerco industrial de Barruelo.
«La vida diaria en el Calero se repetía con monótona insistencia. En perfecta sincronización, entibadores, camineros, tuberos, caballistas, barrenistas, picadores, ramperos y un sinfín de oficios más, permitían que ese organismo vivo que es la mina continuase su labor y no parase de escupir al exterior continuos vagones de negro mineral», rememora el primer edil.
Así, y tal y como consta en el expediente, al que ha tenido acceso Diario Palentino, «durante las horas de trabajo en los tajos se entrelazaban relaciones, nuevos amigos, miles de historias y anécdotas que luego se comentaban en los bares».
De ahí que no es de extrañar que en torno a su figura se fuera creando una leyenda y su sombra se extendía sobre la comunidad representando todo lo que la mina simbolizaba para ellos. No es de extrañar, por tanto, que a lo largo de su historia el Calero se convirtiese en la figura más repetida en las manifestaciones artísticas de Barruelo.
PAISAJE DEL RUBAGÓN
Vinculado igualmente a la minería del carbón en el norte de Palencia, la Fundación Santa María la Real pondrá en marcha un punto de encuentro para el estudio y la dinamización del paisaje de la subcuenca del Rubagón. La iniciativa es posible gracias al apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), que trata de incentivar la participación social en proyectos que tengan como objetivo la transformación territorial.
«Nuestro objetivo será desarrollar alternativas de uso sostenible de los recursos naturales y patrimoniales del territorio de forma colaborativa», explicó Gumersindo Bueno, director del área de Paisaje y Sostenibilidad en la FSMR. A renglón seguido, afirmó que se pretende «impulsar el conocimiento colectivo del patrimonio existente y diseñar productos culturales y turísticos que faciliten la creación de puestos de trabajo».
El proyecto Hub Paisaje Cultural Minero estará activo hasta diciembre. Tiene un presupuesto de 16.667 euros, cofinanciado al 90 por ciento por la Secretaria General para el Reto Demográfico, y se basa en cinco líneas de actuación.
El primer paso ha sido la constitución del Hub, al que se irán sumando otras asociaciones, entidades y empresas del territorio. Paralelamente, se está procediendo a la catalogación, inventariado y caracterización de los aspectos o elementos más significativos del paisaje cultural y natural del territorio. «Una vez que hayamos recopilado toda la información se creará una página web georreferenciada que permita su fácil localización y que pueda integrarse de modo sencillo en otras páginas ya existentes y consolidadas», comenta Bueno.
El tercer reto esencial del proyecto será trazar el plan de transformación turística, diseñando, de forma colaborativa, productos y estrategias que consigan atraer visitantes al territorio, prolongar sus estancias, incentivar que vuelvan y facilitar la activación de la hostelería y del pequeño negocio local.
Otro aspecto relevante será identificar las oportunidades existentes para el emprendimiento y, por último, se llevarán a cabo acciones de comunicación y difusión.