El mismo cuento se repite otra vez

David Correia
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El Zunder vuelve a quedarse a las puertas del triunfo un día más, cayendo por cuatro puntos ante el Bàsquet Girona (76-80). No hay duda de que el equipo compite, pero sigue teniendo un debe en los instantes decisivos

El mismo cuento se repite otra vez - Foto: Óscar Navarro

El Zunder Palencia sigue con su tónica habitual y vuelve a morir en la orilla, en un partido en el que estuvo vivo hasta el final, pero que no supo cerrar en los momentos decisivos. El equipo compite, sí, pero ya son siete las derrotas en el casillero morado. Y la ACB no espera a nadie.

En una fría y desapacible tarde-noche, La Caldera de Castilla quería hacer honor a su nombre, brindando un necesario calor a los espectadores, que volvieron a llenar el pabellón, y a los jugadores. El primer cuarto fue un constante intercambio de golpes. Ambas escuadras replicaban lo que ocurría en la canasta opuesta. Los dos equipos encontraban los puntos con cierta comodidad, si bien es cierto que no conseguían terminar de bloquear su aro. El Zunder encontraba la anotación por distintas vías, desde el exterior, con, sobre todo, un Franke muy acertado (incluso Whittington se estrenó con un triple), y en la pintura, con un Pasecniks muy intenso en el primer período y un Haarms que se colgaba cuando la rotación le dio minutos. El Bàsquet Girona, por su parte, cimentaba la mayor parte de su anotación en el acierto desde la línea de tres, con un Quino Colom imperial (siete puntos en el primer cuarto, que terminó 23-23).

En la primera mitad del segundo período, el Zunder  consiguió obtener una ventaja de cuatro puntos, que, según por donde caminaba el encuentro, parecía incluso amplia. Las canastas de Haarms y Pasecniks y los triples de Van der Vuurst y Ndiaye obligaron a Salva Camps a pedir el primer tiempo muerto del encuentro (31-27, parcial de 8-4 favorable a los locales). Tras él, el Bàsquet Girona reaccionaba y devolvía el parcial, esta vez de 2-7, para que Marco Justo pausara el encuentro con 33-34 en el marcador. El Zunder Palencia reajustó bien su sistema, sobre todo en ataque, sumando por medio de Chumi (2+1), Franke y Whittington, para llegar al descanso con un marcador de 40-38.

Al comienzo del tercer cuarto, Chumi Ortega se vestía de héroe para sumar dos 2+1 consecutivos, que colocaban al Zunder Palencia, de nuevo, con una cierta ventaja sobre su rival. Pero Bàsquet Girona demostró por qué está compitiendo bien en cada partido, y es que es un equipo que no se deja pisar. Se suele pegar en el marcador sean cuales sean las circunstancias. Y así lo hizo en un momento delicado para salir airoso, entero, con un electrónico que seguía igualado. Tras unos minutos imprecisos del Zunder, Benite puso otra vez por delante en el marcador al cuadro morado con dos canastas consecutivas, llevando el partido al 61-58. Fjellerup respondió desde la esquina para colocar las tablas e Iroegbu, desde el tiro libre, cerró el período, 61-62, con todo por decidirse en el último.

Colom, que fue un martillo pilón, abrió con su canasta el período, respondiendo Pasecniks con dos puntos después de un alley-oop, que fueron cuatro inmediatamente después, cuando se colgó en la siguiente posesión. Pero el Bàsquet Girona no se despegaba, es más, ahora era el equipo de Camps el que mandaba y encontraba más fácil el aro. Iroegbu cerraba desde la línea de 6,75 un parcial de 4-10, que ponía el encuentro de cara para los catalanes (65-72) a falta de poco más de cinco minutos. Cuando peor pintaban las cosas para el Zunder, cuando más atascado estaba en ataque, apareció su capitán, Chumi Ortega, que desde la esquina anotó de tres para acercar a los morados en el luminoso (68-72). El propio Chumi siguió recortando la diferencia, en este caso desde la línea de tiros libres, para ajustar más el choque, pero el Girona?calmó la tempestad con un triple (70-75). El partido entraba en el último minuto con una diferencia de cinco puntos en el marcador y, por lo tanto, con todo abierto. Van der Vuurst, entrando con mucha potencia, puso a cuatro a los suyos, pero un error en el pase de Franke en la siguiente posesión acabó con las opciones de los colegiales, que volvieron a morir en la orilla (76-80).