Marta García nos ha regalado una noche para el recuerdo. La palentina corría esta madrugada los 5.000 metros del Terrier Classic de Boston y firmaba una actuación estelar, para la historia. Tras una carrera controlada, perfecta, la atleta del On Athletics Club paraba el cronómetro en 14:46.37, destrozando el récord de España de 5.000 metros en pista corta (haciéndose con la plusmarca nacional siendo la primera española en bajar de 15 minutos). La palentina se quedó a menos de un segundo y medio de superar el récord de España absoluto, contando el aire libre (Julia Vaquero lo tiene desde 1996 en 14:44.95), colocándose como la tercera española de la historia más rápida en la distancia (desplaza a la también palentina Marta Domínguez al quinto puesto). Además, los 14:46.37 sitúan a Marta García como la segunda europea de la historia de los 5.000 metros en pista corta. Y, por si fuera poco, la palentina rebaja la mínima olímpica (estaba en 14:52), sacando el billete para los Juegos Olímpicos de París y el Europeo de Roma (aunque todavía tiene que ser seleccionada, el trabajo ya está hecho). Una noche para la historia del atletismo español.
Marta García: «Todavía no me hago a la idea»
Pocas horas después de la carrera, Marta García atendía la llamada de Diario Palentino, que recogía las primeras impresiones, aun en caliente, de la palentina. «Sigo flipando. Todavía no me hago a la idea. Esta marca significa mucho. Es una marca de final de un Mundial o unos Juegos Olímpicos, incluso de medalla en un Europeo. Tiene mucho valor. Estoy a menos de dos segundos de un récord de 1996», aseguraba.
García confirmaba que la mínima olímpica era su objetivo desde el principio. «Lo era aun sabiendo que era muy ambicioso. Cuando me lo propusieron en septiembre dije que no, no me podía ni plantear hacer la mínima olímpica en enero. Me parecía de locos. En noviembre y diciembre, viéndome entrenar y competir en campo a través, me encontraba muy bien, incluso al mismo nivel que cuando lo dejé, con el 15.02 en el 5.000 metros de Berlín. Al final acabé convenciéndome a mí misma con la ayuda de la gente de mi alrededor y decidí que lo iba a intentar. No había que desaprovechar ninguna oportunidad».
Y lo consiguió. A la primera, en su debut en pista cubierta, mínima al bolsillo. «Estaba en un gran momento, mentalmente muy concienciada de que había venido hasta aquí para intentar el 14:52. He tenido la suerte de que se han alineado los astros. Me encuentro muy bien a nivel físico, sin ninguna molestia y con mucha continuidad en los entrenamientos desde que empezó la temporada, sin contratiempos de catarros o gripes. La liebre era una mujer que podía llevarnos a ese ritmo el tiempo que quisiera. Todo ha salido a la perfección».
Estaba en un gran momento, mentalmente muy concienciada de que había venido hasta aquí para intentar el 14:52
Así vivió ella la carrera. «El ritmo ha sido muy estable gracias a la liebre. Me he puesto detrás de las etíopes y el plan era sencillo: aguantar ahí hasta que pudiera. He tenido momentos de crisis, incluso parecía que me descolgaba de verdad. He luchado y me he agarrado como he podido al grupo de cabeza y al final he acabado con fuerza», detallaba.
Con el alivio de tener ya la mínima, el curso se afronta de otra forma. «Es un cambio de tendencia en la temporada. Ahora me voy a poder centrar en llegar a esos objetivos en la mejor forma posible. Ya no voy a tener que desgastarme para intentar conseguir esa mínima, que es muchas veces lo que nos pasa. Gastamos mucha energía tratando de llegar y cuando lo logramos ya estamos muy cansados. Afrontar la campaña con esta tranquilidad, teniendo la mínima, me va a permitir llegar en un mejor estado de forma».