Pionyang se entromete en el caos

SPC-Agencias
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El despliegue de tropas norcoreanas en suelo ucraniano es la última fórmula de Rusia de sustentar su mermado Ejército, aún a riesgo de caldear los ánimos de Occidente

Pionyang se entromete en el caos - Foto: 24TH MECHANIZED BRIGADE PRESS SE

Ningún país ajeno al conflicto en Europa del Este había comprometido formalmente tropas en el frente. Hasta que ha llegado Corea del Norte. La nación asiática, liderada por Kim Jong-un, ha decidido entrometerse en el caos de la guerra y se ha erigido como la primera en enviar parte de su Ejército a uno de los bandos, concretamente a su socio ruso. Esta coyuntura podría suponer un antes y un después en la contienda, ya que la posibilidad de una escalada bélica sería mayor y Ucrania y sus aliados occidentales verían cómo un hipotético fin de las hostilidades se desvanecería en el horizonte.

12.000 soldados. Esa es la cifra que manejan tanto la Inteligencia surcoreana como Kiev sobre los efectivos que Pionyang enviaría al Kremlin hasta final de año para incorporarse a sus batallones, algo que podría «acelerarse» debido a las informaciones vertidas. Pese a que Rusia y su presidente, Vladímir Putin, no han confirmado oficialmente el despliegue de las tropas, tanto Estados Unidos, como la OTAN y la Unión Europea (UE) sí lo han constatado. Es más, el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, ratificó el pasado lunes que aproximadamente 3.000 militares ya llegaron a la región rusa de Kursk, donde actualmente hay 900 kilómetros cuadrados bajo dominio ucraniano.

Esta operación ha significado un terremoto para el devenir de la contienda, que va camino de cumplir tres años el próximo febrero y donde los Ejércitos de ambos bandos están en horas bajas. Por ello, el país invadido y sus socios occidentales han lamentado que este hecho pueda traducirse en una escalada significativa, aunque también creen que es una señal más de las importantes pérdidas que ha sufrido el Kremlin en el frente.

Sin ir más lejos, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, no se ha andado con rodeos y ha declarado que el despliegue de tropas provenientes de Corea delNorte «es el primer paso hacia una guerra mundial». Y es que para muchos expertos, esta nueva variable puede constituir un cambio sustancial, ya que no es un conflicto que solo afecte a Europa, sino uno a nivel internacional que incluye a países más allá del Viejo Continente.

Misma preocupación han mostrado al respecto los Estados miembros de la UE, que han asegurado estar «profundamente alarmados» ante esta nueva fase de la contienda. «Este paso implicaría una grave violación del Derecho Internacional, incluidos los principios más fundamentales de la Carta de Naciones Unidas», rezaron los Veintisiete en un comunicado, añadiendo que Rusia «no está sinceramente interesada en una paz justa, global y duradera».

Más allá de lamentaciones, lo que sí ha dejado claro el bloque es que la respuesta europea a esta acción se hará de la mano de Corea del Sur y otros aliados.La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, hizo hincapié en que el aumento del intercambio militar entre Moscú y Pionyang «puede llevar a aumentar las tensiones en la península coreana». Por todo ello, ha valorado la puesta en marcha de la relación estratégica entre la UE y Seúl, que para ella es «oportuna» y «su lógica, más vigente que nunca».

Al gato y al ratón

Mientras tanto, Putin parece estar haciendo oídos sordos al despliegue de las tropas norcoreanas en Ucrania ya que, de momento, solo ha defendido el tratado de asistencia militar mutua en caso de agresión suscrito con Corea del Norte, pero no ha confirmado oficialmente el envío de los soldados.

Sin embargo, sí que ha dejado entrever que algo sabe. «Las imágenes de satélite son cosa seria. Si existen, es que algo hay», sostuvo durante la cumbre del grupo BRICS. El líder del Kremlin no quiso entrar al trapo sobre más preguntas sobre el emplazamiento de las tropas. «Qué y cómo lo haremos en el marco del tratado con Corea del Norte es asunto nuestro. Con nuestros problemas nos las arreglaremos por nosotros mismos», zanjó Putin.

Respecto al acuerdo con Pionyang, algunos analistas y exmilitares rusos consideran que la incursión ucraniana del pasado agosto en la región fronteriza de Kursk sí que cumpliría con las condiciones expuestas en el tratado con Corea del Norte, por el que cualquiera de las dos partes ofrece inmediatamente ayuda militar a la otra si está siendo objeto de agresión.

Sea cual sea el número total de soldados norcoreanos desplegados en el frente, la Inteligencia surcoreana ha señalado que estos habrían sido equipados con uniformes y armas de fabricación rusa. Todo tras haber completado en varias bases en el Lejano Oriente de Rusia un exigente entrenamiento de adaptación.

En el seno del Ejército ucraniano, pese a la alarma levantada, confían en que estos refuerzos serán de muy baja calidad y que no tienen experiencia de combate en este tipo de guerra. Solo el tiempo dirá si esta maniobra desemboca en un giro de guion en el conflicto.