La Diócesis fija en 1.469.466,72 euros las pérdidas de 2022. Los ingresos totales del ejercicio anterior fueron de 9.636.830 euros, mientras que los gastos se situaron en los 11.106.386 euros, lo que se traduce en un déficit de casi 1,5 millones de euros.

Esta situación, según detalló ayer el ecónomo diocesano, Tirso Castrillo, viene producida «por las pérdidas en las inversiones de la Diócesis y los gastos extraordinarios a los que se tuvieron que hacer frente, como los actos organizados por el centenario o las obras en el monasterio de la Virgen de Alconada de Ampudia debido a su incendio». El alza de los gastos en 2022 también vino impulsado por la apertura de nuevos proyectos que se vieron paralizados por la covid. «En 2021 tuvimos un superávit de dos millones», añadió Castrillo.  

No obstante, las noticias para el presente ejercicio se tornan positivas, ya que, como indicó el ecónomo dicoesano, «en 2023 vuelve a haber ganancias». Durante el balance ofrecido ayer, Castrillo estuvo acompañado del administrador apostólico de la Diócesis, Manuel Herrero.

INGRESOS. De forma desglosada, los mayores ingresos de 2022 procedieron de la asignación tributaria (casi tres millones de euros), seguida de los ingresos corrientes (2.546.859 euros), las aportaciones directas de los fieles (2.533.080 euros), los ingresos de patrimonio y otras actividades (1.158.354 euros) y los ingresos extraordinarios (430.498 euros).
En cuanto a los gastos, más del 57% de los mismos están destinados a la conservación de edificios  y el funcionamiento de la actividad, lo que supone un desembolso de 6.391.051 euros sobre los 11.106.386 de gastos totales.