Una encuesta que representa a unos 150 millones de adultos cada año sugiere que el uso de aspirina para la prevención primaria de enfermedades cardiovasculares (ECV) sigue siendo prevalente entre los adultos mayores, contrariamente a las recomendaciones del Colegio Americano de Cardiología y la Asociación Americana del Corazón.
Según los autores del estudio, estos hallazgos resaltan la necesidad urgente de que los médicos pregunten sobre el uso de aspirina y discutan los beneficios y riesgos con los pacientes mayores. Los hallazgos se publican en 'Annals of Internal Medicine'.
Investigadores de la Clínica Cleveland (Estados Unidos) estudiaron datos del componente de muestra de adultos de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud (2012-2019 y 2021) para caracterizar las tendencias en la prevalencia del uso de aspirina para la prevención de enfermedades cardiovasculares. A los participantes de 40 años o más se les pidió que informaran sobre el uso de aspirina y se los estratificó por grupo de edad y estado de ECV según los antecedentes autoinformados de accidente cerebrovascular, infarto de miocardio, enfermedad de las arterias coronarias o angina.
Los datos mostraron que el uso de aspirina disminuyó de 2018 a 2019 después de que una nueva evidencia llevó al Colegio Estadounidense de Cardiología y a la Asociación Estadounidense del Corazón a recomendar contra el tratamiento con aspirina para la prevención primaria en adultos mayores. Aún así, incluso después de esta disminución, casi un tercio de los adultos de 60 años o más sin ECV seguían usando aspirina en 2021, y casi 1 de cada 20 la usaba sin consejo médico.
En general, 25,6 millones de adultos informaron haber usado aspirina en los EE. UU., y 18,5 millones de adultos de 60 años o más usaron aspirina en 2021. Los hallazgos sugieren la necesidad de reducir el uso inadecuado de aspirina entre los adultos mayores.