Garantizar un servicio básico y universal como es el acceso al agua potable a los vecinos del medio rural. Este es el objetivo que persigue cada verano la Diputación con su parque móvil de cisternas (dispone de cinco vehículos), con las que se lleva este bien tan preciado a todos los rincones de la geografía provincial que durante el período estival tienen problemas de suministro.
Un total de 2.039 habitantes del medio rural requirió este servicio en los meses centrales del año en un total de catorce pueblos, hasta los que se han transportado sobre ruedas en camiones homologados casi tres millones de litros del líquido elemento, 2.948.660 para ser más exactos. Según la información a la que ha tenido acceso Diario Palentino se trata de los ayuntamientos de La Puebla de Valdavia, Boadilla de Rioseco, Riberos de la Cueza, Villalcón, Bustillo de la Vega, Cardeñosa de Volpejera, Cervera de Pisuerga (por partida doble), Perales, Calahorra de Boedo, Loma de Ucieza y Barruelo de Santullán. A ellos han de sumarse las juntas vecinales de Villorquite de Herrera (Villameriel) y San Llorente del Páramo, perteneciente al municipio de Villarrabé.
Estos catorce núcleos son diez menos que en el verano de 2023, cuando fueron 22, un 57 por ciento más. Y es que aquel fue un año especialmente duro por la sequía y otros problemas complementarios que se tradujeron en el abastecimiento con cisternas en 17 ayuntamientos palentinos, dos juntas vecinales y tres mancomunidades.
A la vista de las solicitudes presentadas, se observa que los principales suministros se debieron a escasez de agua en las fuentes de abastecimiento, agravados por el incremento de la población estacional (los pueblos disparan el padrón) y del consumo por habitante mantenido casi durante todo el verano, y en algunos casos debidos a suministros realizados en el último trimestre del año. Asimismo, en ocasiones puntuales la falta de recurso se debió a la existencia de averías que ocasionaron problemas de desabastecimiento a la población hasta su reparación.
Otro de los problemas que cada vez están teniendo más impacto es la contaminación de la misma. Y es que, como explican de la institución provincial a este periódico, se ocasiona un problema de «dificil solución», obligando a las entidades locales a afrontarlo mediante la adquisición de agua embotellada, que este año se financió por vez primera con un cómputo total de diez litros de persona al día. Este es el caso de Boadilla de Rioseco, afectada por fluoruros, y de Nitratos en Villaldavín.
Cabe destacar que esta convocatoria se financia con cargo a una ayuda de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación de Territorio, con un gasto total de 53.878 euros. De este total la institución provincial aporta 17.433 (30 por ciento), 26.939 pone la Junta (50 por ciento) y el 20 por ciento restante los pueblos afectados. Para esta ayuda solo se requiere un requisito: que la localidad en cuestión disponga de contadores de agua en los hogares.
USO RESPONSABLE
El vicepresidente de la Diputación y diputado del área de Acción Territorial, Urbano Alonso, apela al «uso responsable» del agua en el medio rural, también en el riego de jardines más allá del suministro de boca. En este contexto afirma que «no solo es importante tener diferentes convocatorias como la emergencia del ciclo hidráulico, la de abastecimiento y depuración de agua o los Planes Provinciales, también hay que dar soluciones a toda la población en momentos puntuales de falta de suministro».
Por otro lado, hace referencia a los veraneantes, que disparan la población estival. En este sentido, puso como ejemplo la pedanía cerverana de Rebanal de las Llantas, «con media decena de vecinos en invierno y más de 350 en la época estival, lo que se traduce en mayor consumo». Por otro lado, subraya que el problema de desabastecimiento cada vez menos habitual, porque se está avanzando en la modernización de las infraestructuras existentes al tiempo que se construyen otras nuevas.