Nammo Palencia, en manos de la multinacional noruega desde hace una década, celebró ayer en un acto privado con la plantilla su décimo aniversario con la consolidación de la antigua Fábrica de Armas, que antes de su venta sumaba unas pérdidas anuales de hasta 1,5 millones de euros y el pasado ejercicio el beneficio se disparó hasta los nueve millones. El presidente y CEO de la compañía noruega, Morten Brandtzæg, quiso celebrar ayer la efemérides con autoridades locales, varios directivos de la multinacional y la plantilla, que está cerca de los 300 personas dada la fuerte carga de trabajo que  mantiene este año.

«Es un honor celebrar que hace ya diez años que adquirimos esta fábrica, entonces en manos de General Dynamics. Nammo Palencia es una de las 17 compañías que forma el grupo y nos proporciona acceso a muchos mercados  importantes en el ámbito de la munición, con un papel destacado. Desde el primer día que empezamos el proyecto de integración fue todo un éxito», explicó.

A su vez, destacó el papel que tiene Nammo como grupo industrial. «Nuestras fábricas se ubican en pequeñas localidades y somos importantes para las economías donde estamos radicados. Por eso, sentimos a los habitantes de Palencia muy cerca de nuestro corazón. Los nueves países que están en el grupo Nammo conocen perfectamente lo que quiere decir la palabra jamón», bromeó el directivo noruego.

También señaló que «desgraciadamente» hay una guerra en Ucrania. «La demanda de munición es enorme en estos momentos y, por ejemplo, la provisión para artillería en Europa es el 10% de lo que realmente se necesita. Nammo tiene la responsabilidad en este conflicto de fortalecer la capacidad industrial de nuestro sector», especificó.

Por su parte, el director de la fábrica de Nammo Palencia, César Martín dijo que estos diez  años dentro del grupo noruego "se ha cambiado en muchos aspectos, incluido el empleo, que en Palencia hace falta al máximo posible. El tema de inversiones va muy bien y se han hecho con cabeza por los buenos resultados de ventas.  Además, la fábrica por fuera nada tiene que ver con las instalaciones interiores, totalmente renovadas.Los talleres tienen una tecnología de primer nivel en Europa, sobre todo en vainas de acero, que forman parte de la munición de calibre medio», expresó.

80 AÑOS DE HISTORIA.  El martes 15 de octubre de 2013 la firma Santa Bárbara pasó a la historia en Palencia. La decimonónica Fábrica de Armas de la capital, con 80 años de antigüedad, ya no producía desde ese día para los americanos de General Dynamics, ya que la munición que sacaba entonces la plantilla comenzó a llenar los almacenes de la noruega Nammo (Nordic Ammunition Company), quien se convirtió en propietaria de pleno derecho de la factoría palentina, con la salvedad de lo perteneciente al Ministerio de Defensa. Un cambio de propiedad anunciado entonces por fuentes sindicales y ratificado por ambas empresas en un comunicado conjunto. Las dos  firmas anunciaron la «transferencia efectiva de las operaciones de la Fábrica de Palencia, especializada en la fabricación de diversos tipos de municiones de pequeño y mediano calibre y componentes».

«Aquí hoy los ordenadores de General Dynamics están ya cerrados», aseguraba entonces el presidente del comité de empresa, Carlos Collantes. De hecho, el 15 de octubre de 2013 había desaparecido toda referencia a la antigua propietaria y ya se habían colocado los distintivos del grupo, con sede en la localidad noruega de Raufoss. Igualmente, en ese día algunos de los máximos responsables del grupo nórdico (50% del Ministerio de Defensa noruego y 50% de la empresa pública Patria de Finlandia), se reunieron en la Subdelegación del Gobierno con el representante del Estado en Palencia.

En concreto, Kjell I Kringsja, vicepresidente de Calibres Medios; Bertil Paslrud, vicepresidente de Recursos Humanos; el desaparecido Fernando Martínez-Zulaica, entonces director de la Fábrica de Armas de Palencia; y Luis Asensio, coordinador del traspaso de la citada factoría de Santa Bárbara Sistemas a Nammo.

En dicha reunión manifestaron la intención del grupo de que Nammo Palencia ampliara en el futuro la plantilla de la citada factoría, toda vez de que tenían un compromiso de mantener la masa social de la misma durante dos años, como exigía el pliego de condiciones para la adjudicación por parte del Ministerio de Defensa. En varias ocasiones, indicaron a este periódico responsables del grupo presidido entonces por Edgar Fossheim Palencia suponía «el mejor complemento del grupo». 

Nammo desde hacía años subcontrataba a la factoría palentina diverso material y componentes para algunos de sus productos y vieron una «clara sinergia», ya que Palencia produce, y seguirá haciéndolo, sobre todo, munición estándar de la OTAN de pequeño y mediano calibre. Los productos que Nammo fabrica son principalmente especialidades, por lo que tenían un vacío en su cartera. Además, se dio la circunstancia de que General Dynamics quería desinvertir en España. Paralelamente a la venta de la factoría de Palencia a Nammo, el grupo anunció el cierre de la de La Coruña y la reducción de personal en otras instalaciones del grupo en España.