Desde su llegada a la presidencia del Barcelona, Joan Laporta nunca ha ocultado su fascinación por la escuela de entrenadores alemana. De Jürgen Kloop a Joachim Löw, pasando por los Thomas Tuchel, Julian Nagelsmann, Ralf Rangnick, Marco Rose y compañía. El máximo mandatario siempre deseó un perfil de técnico similar al de los citados anteriormente. Pero las necesidades del guion le llevaron a apostar por Xavi Hernández, que hace unos días dejó el Barça motivado sobre todo por el acercamiento de posturas entre la entidad y Hansi Flick, el preparador que afrontará la que apunta ser una complicada temporada 24/25 para el cuadro azulgrana y que ha colmado la ilusión del dirigente.
Aunque su origen germano lleve a imaginar un juego marcado por el 'rock and roll' que, por ejemplo, Kloop imprimió en su Liverpool, Flick es mucho más ecléctico. Conoce y sabe conjugar las piezas correctamente para prácticas un fútbol cercano al llamado 'ADN Barça'. Lo hizo en su obra magna, el Bayern de Múnich de la 19/20, con el que tan solo sufrió dos derrotas y encadenó una de las rachas de victorias más longevas que se recuerdan en la Bundesliga. Además, ganó la Champions de la pandemia, la que se jugó en Lisboa en formato final a ocho y en la que le endosó al Barcelona el recordado 2-8.
Los postulados tácticos de ese conjunto bávaro dominante en su país y en el Viejo Continente casan perfectamente con los 'mandamientos identitarios' que rigen La Masía. Lo más característico de aquel proyecto era su presión agresiva, casi suicida y con la que incurría en muchísimos riesgos por el espacio que dejaba la defensa a su espalda. Con el clásico 'gegenpressing' alemán el Bayern permitía a sus rivales muy pocos pases por acción defensiva activando a todos los jugadores cercanos a la pelota.
Esa decisión, entre otras cuestiones, le hizo reconvertir a David Alaba de lateral a central, para aprovechar la velocidad y capacidad de corrección del austríaco cuando el contrario lograba superar la presión y pillaba desguarnecida a la zaga germana. Un ejemplo trasladado al Barcelona puede ser Ronald Araújo, por lo que quizá retener al uruguayo pase a ser ahora una cuestión vital para Flick.
Desde la base
En la salida de balón entra en escena el otro gran central del bloque catalán: Pau Cubarsí. Su juventud juega a favor del nuevo técnico culé, ya que podrá moldearlo para mejorar su capacidad de defender a campo abierto y, sobre todo, sacar partida a su clínica habilidad para obtener ventajas a través del pase. El Bayern dominante de Flick era un conjunto que ponderaba por encima de todo el juego por dentro, y esto le llevaba a superpoblar la frontal. Musiala, Müller, Perisic, Coutinho, Goretzka, Sané… El papel de todos estos futbolistas puede recaer ahora en los pies de los Pedri, Gavi, Gündogan y compañía. Incluso de Yamal, cuya capacidad para regatear cerca de la cal no entra en conflicto para sacar rédito de acciones por dentro.
En conclusión, Flick, sobre todo, es un entrenador adaptativo, más allá de que pueda reclamar algún refuerzo o que quiera establecer ciertos patrones de juego. En sus manos está evitar sumar otra nueva campaña en blanco, algo que en 'Can Barça' hace tiempo que no se recuerda.