José Luis Ibarlucea

José Luis Ibarlucea


Verano

28/08/2024

Tiempo extraño. Más horas de luz y más penumbra en los comportamientos políticos. Se tensa la piel de Marx con cremas de rejuvenecimiento de cambio climático, de animalismo…pero sobre todo, con ese feminismo de olor a cerrado y pereza insuperable; lo importante es que no aparezcan arrugas mediáticas. (Mientras tanto siguen muriendo mujeres.) Los ventrílocuos del poder ejercen su conformidad bien retribuida a través de los lemas diarios enviados desde Moncloa. A medida que transcurre el tiempo los alrededores del poder se llenan de bufones y criados. El poder ya sólo es un soliloquio dialogado. El culto al dios del presente es la ideología de lo políticamente correcto gemela de la patología totalitaria que nos amenaza.
En este tiempo de bochorno y de moscas. ¿Dónde están los intelectuales? ¿Extinguidos como las alondras? ¿Y los españoles dónde están? ¿De vacaciones? A través de los medios descubrimos que el poder roba y exculpa a los ladrones. El cinismo ocupa tales cuotas que los principios son como piezas de ajedrez, se mueven a conveniencia. Los cargos relevantes se describen a si mismos denunciando los defectos de los demás, los vicios que más les repugnan en los otros son los que corresponden a los propios deseos. Los que hicieron la carrera con apuntes sin leer un sólo libro en las bibliotecas o hicieron la tesis de esa manera, ahora nos tratan de imbéciles. Menos mal que los jueces no ventean el ambiente y aplican la ley. 
Marx decía que el esclavo azotado por el knot debía tragarse imperativamente sus gritos de rebelión y su dolor. ¿Seguimos durmiendo la siesta? Si seguimos gimoteando de forma hipócrita es que la sociedad está muerta.