«Vimos que Palencia era un buen sitio para la alternativa»

Pablo Torres
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El joven burgalés entrará a la plaza como novillero, pero saldrá como matador. Estará acompañado de Cayetano, su padrino; y Daniel Luque, su testigo

Jarocho, en la presentación de los carteles de la Feria de San Antolín - Foto: Sara Muniosguren

¿Qué siente un novillero en los momentos previos antes de convertirse en matador?
Sobre todo, ilusión y felicidad. Es un paso muy importante con el que llevaba mucho tiempo soñando. Me siento un privilegiado por poder convertirme en matador y cumplir así uno de los anhelos que he tenido desde niño.

Pese a no ser en Burgos, su provincia natal, doctorarse tan cerca de casa, como es el caso de Palencia, tiene que resultar especial
Por supuesto. Las circunstancias han venido así y no se ha dado la posibilidad de tomarla en mi tierra. Aun así, Palencia es un sitio cercano a Burgos y al que va a acudir mucha gente. Es una feria taurina importante que tiene su repercusión.

Vimos que, en cuanto a fecha y localización, era un buen sitio para doctorarme. Estoy agradecido a la empresa por haber contado conmigo y a los maestros por darme la alternativa. 

Además, la de hoy será su carta de presentación a los tendidos palentinos
Nunca he tenido la suerte de torear allí, pero espero que sea la primera de muchas.

¿Considera la alternativa como un nuevo comienzo en su carrera?
Cada etapa supone empezar de nuevo, pero yo me lo tomo como si fuera un aprendizaje diario. El camino es muy largo y, día a día, se van dando pequeños pasitos. Esto lo veo como uno más dentro de la profesión. 

Espero que sea un camino largo y, sobre todo, que pueda disfrutar de cada pequeña oportunidad que me regale la vida para hacer lo que más me gusta, que no es otra cosa que torear. 

Una oportunidad que vivirá acompañado de dos grandes figuras como son Cayetano, su padrino; y Daniel Luque, su testigo
Completamente. Son dos toreros que llevan un montón de años en las ferias. Los conoce todo el mundo, tanto dentro como fuera de la profesión. Es un privilegio poder dar este paso rodeado de dos maestros a los que he seguido desde pequeño, así como verme anunciado con ellos. 

El percance en la plaza francesa de Millas, el pasado 11 de agosto, enmudeció a la afición palentina. ¿Vio peligrar la alternativa?
Es verdad que estaba dolorido cuando me levanté del suelo, pero pude matar al novillo. En ningún momento pensé que no iba a poder llegar a la alternativa. 

A pesar de la cogida de aquella tarde, buen papel en Bilbao con esa oreja de peso como premio
Era una plaza con la que siempre había soñado y poder hacer el paseíllo allí fue muy bonito para mí. 

¿Se ve con todas las fuerzas para hoy?
Completamente. Estoy recuperado totalmente. La herida va mucho mejor y no son tantas las molestias que tengo. 

Estoy con muchísima ilusión. Llego a la alternativa en un momento en el que me siento completamente preparado para afrontar este importante paso. 

No podemos olvidar esa puerta grande en Las Ventas en la segunda novillada de San Isidro de este año, en la tarde de su presentación
Fue un día muy bonito, que desde por la mañana me centré en disfrutarle. Intenté mostrarme al público de Madrid tal y como soy y hacer las cosas como las siento. Gracias a Dios, pude disfrutar, transmitir mi toreo y que la afición se emocionara con mi faena. 

Poder poner esa rúbrica a la tarde con la salida a hombros fue algo muy bonito. Se me han quedado buenos recuerdos de aquel día, que me han ayudado mucho a crecer en lo personal y a abrirme puertas en el toreo. Sobre todo, me ha servido para creer en mí y darme cuenta de que soy capaz de hacer muchas más cosas de las que  pensaba. 

Menciona mucho el sentir de su toreo, pero, ¿cómo lo definiría usted?
Me cuesta mucho definirme a mí mismo. Cada uno lo hace de una manera. Intento hacer las cosas con la mayor pureza posible; buscar la naturalidad, el clasicismo, torear despacio y con las palmas de las manos; poner pasión; ser vertical, con el compás no muy abierto y estar lo más reunido posible. Son pequeños matices que voy buscando día a día y que, por momentos, los encuentro. Continúo en la búsqueda de seguir mejorando y que la gente se ilusione conmigo. 

La Maestranza es una de sus citas pendientes
No he tenido la suerte de torear allí nunca. Es una de mis plazas favoritas. Desde pequeño he soñado con hacer el paseíllo en Sevilla, pero, tanto como novillero sin picadores como con ellos, no he tenido la suerte de poder hacerlo. Tendrá que ser ya como matador de toros. Me haría mucha ilusión. 

Se convertirá en matador y dejará a sus espaldas novilladas memorables. ¿Alguna faena que le venga a la cabeza en concreto?
Me acuerdo de una en San Agustín de Guadalix, en la fase clasificatoria del circuito de Madrid. Mi segundo novillo, de la ganadería Hermanos Sandoval, fue uno de los que mejor me ha salido hasta el día de hoy. Por momentos pude abandonarme y torear como lo siento. Lo disfruté mucho. 

El año pasado tuve también una tarde muy bonita, por lo que supuso, en Pedraja de San Esteban. Desgraciadamente, el primer novillo cogió a mi compañero y me tuve que hacer cargo de toda la novillada. Fue un festejo que disfruté y en el que la gente estuvo muy volcada conmigo. El último me pegó una cornada y no pude matarlo, pero el conjunto de la faena lo recuerdo con mucho cariño. 

Sin caballo he tenido también muy bonitas, como la encerrona en mi pueblo o la primera vez que toree allí. Son muchas las tardes y espero tener más. Es por eso por lo que me levanto día a día. 

De abuelo novillero y de padre matador y banderillero ahora. El suyo es un linaje ligado a la tauromaquia, que usted mismo continúa 
El poder llevar el nombre de la familia por las plazas es algo muy bonito, aunque también es verdad que supone una gran responsabilidad. 

Estoy muy orgulloso de anunciarme como Jarocho, si bien espero ser el último de la dinastía. Cuando uno lo vive de cerca, se da cuenta de todos los momentos de dureza que hay. Si tengo hijos el día de mañana, espero que sean buenos aficionados, pero que emprendan otros caminos.